juguete
Esta es una pregunta que nos hacemos todos los padres, aterrados, el primer día que vemos a nuestro hijo con un arma de juguete en la mano. Les presentamos aquí algunas respuestas que los ayudarán a reflexionar sobre el tema.
Mi hijo, mi padre, mi abuelo
Es cierto que, hoy en día, los niños tienen contacto cotidiano con imágenes deviolencia. Basta encender la televisión o adentrarse en el mundo de los video-games para comprobarlo. De todos modos, el juego bélico no es una exclusividad de los tiempos que corren. Nuestros padres y abuelos también jugaban a la guerra. Es posible que los personajes y los objetos fueran diferentes, pero el juego cumplía la misma función: imitar comportamientos agresivos de otros para expresar la propiaagresividad.
Función del juego
Conviene recordar que el juego cumple una función simbólica. Es decir, le permite al niño "hacer de cuenta que" dentro de su mundo de fantasía. Con ello experimenta comportamientos o realidades de otras personas y otros mundos, reales o imaginarios.
Por ejemplo, puede jugar a ser un guerrero medieval o un superhéroe que lucha contra el mal y, al poco tiempo, unladrón que escapa de la policía en un video-game.
Por otro lado el juego le otorga, por un instante, el poder de hacer desaparecer todo aquello que lo moleste o que contraríe sus planes. De allí la atracción que ofrecen los juegos de lucha. Sin embargo, esto no significa que esta experiencia vaya a formar parte de su vida futura. Durará lo que dure su juego.
¿Vale la pena prohibir?
Lo primeroque hay que tener en cuenta a la hora de hacerse esta pregunta es que la agresividad es propia de la naturaleza humana. En consecuencia, no desaparecerá porque se limite su forma de expresión.
Es muy común observar a pequeños que no poseen juguetes bélicos, jugar con la rama de un árbol como si fuese un arma o inventar batallas propias de un video-juego.
Resulta importante pensar que eljuguete bélico ayuda a canalizar los impulsos agresivos del niño, evitando que se manifiesten a través de peleas con sus hermanos o compañeros. También contribuye a hacer más llevadero el temor ante situaciones cotidianas, por ejemplo robos o secuestros, en la medida que el niño las dramatiza.
¿Qué hay que tener en cuenta?
Lo mejor es educar con el ejemplo. De nada sirve prohibirle a nuestro hijolos juguetes bélicos si en casa existen actitudes de falta de respeto y agresividad. Hay que enseñarle a solucionar sus diferencias de forma pacífica, a través del diálogo.
Es importante explicarle cuáles son los límites del juego y que no debe hacerse daño ni lastimar a otros.
Resaltar, siempre que podamos, que se trata de un juego. Los niños, a partir de los tres años, ya saben distinguirentre fantasía y realidad.
Fomentemos, ante todo, los valores de la amistad y la cooperación. Así podrá dejar, en un segundo plano, la tendencia natural a la competencia y la rivalidad.
Lo que verdaderamente hay que combatir es la agresividad, no las armas que la
expresan.
Preguntas para los padres
Si nuestro pequeño se pasa todo el día jugando a la guerra deberíamos preguntarnos sobresu actitud.
-¿No sabrá cómo expresar sus sentimientos?
-¿Podría estar reprimiendo en la vida real su natural agresividad, con el fin de complacer a los demás?
-¿Dispone de espacio y tiempo suficientes para canalizar sus energías haciendo
deportes o visitando el parque de juegos?
-¿Es testigo frecuente de discusiones en casa o en otros lugares que visita?
- ¿Pasa demasiado tiempomirando la televisión?
Recordemos que lo más importante es dialogar. En la medida que lo hagamos
conoceremos mejor a nuestro hijo y podremos saber si puede establecer correctamente el límite entre fantasía y realidad. Por otro lado, se sentirá querido y escuchado y acudirá a nosotros para resolver cualquier situación conflictiva o que lo atemorice.
1.- ¿Negar a los niños/as pistolas y...
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