Julie

Julie
Una bella y joven mujer salió del trabajo, como todas las noches. Esta esra una noche muy oscura con un cielo nublado que amenazaba tormenta. Julie, disfrutaba de la bella noche, y tomaría el metro en unos cuantos minutos. Planeaba llegar a su apartamento en Chicago en una media hora, pero antes de ir a casa compraría su café con crema irlandesa en Starbucks, y bebería el delicioso ycálido café leyendo alguna interesante novela en su cama hasta quedarse dormida. O eso era lo que sucedía casi todas las noches, a excepción de los sábados, día en el que salía a medio día y solía comer con su hermanito Jamie de doce años en algún restaurant de comida rápida.
Julie vivía sola. Sus papas, y hermano vivían en un pueblo a dos horas de Chicago, y ella decidió irse a la ciudad después determinar la universidad; una carrera de publicidad. Era lo que ella amaba. Y a sus 23 años tenía un empleo maravilloso, no era el mejor pagado pero trabajaba para uno de los periódicos más vendidos en Chicago y su economía siempre le basto para vivir bien y hasta con algunos pequeños lujos: ropa de marca, una televisión con cable, internet, y un celular muy moderno y funcional.
En fin, esta nocheJulie estaba algo cansada. Su jefa la había escogido como líder para una junta con algunos empresarios asiáticos que querían que el periódico hiciera la publicidad de una nueva línea de restaurantes de comida china, Julie estuvo planeando el esquema de la junta toda la tarde, y salió hasta que por fin lo terminó. Comenzó a caminar hacia la estación, mientras caían algunas gotas de agua muy heladassobre su chaqueta, casi hasta mojarla.
Subió al tren donde se sentía aun mas helado que afuera, ya que la humedad de la calle la hacía sentir un poco cálida, y el tren era frio y seco. Se sentó en el primer asiento que vio, ya que la mayoría estaba vacíos. Solo había dos ancianas de aspecto extraño, y unos cuantos obreros que trabajaban en la construcción de un nuevo súper mercado. Julie sepuso sus audífonos con música muy tranquila que casi le dio sueño. Pasaron varios minutos hasta que llegó a su parada. Al bajar del tren vio que la estación estaba muy solitaria. Se veía un guardia muy anciano a lo lejos pero parecía que roncaba. Y seis hombres flacuchos que venían hacia ella, y estaba casi segura de que estaban drogados. Pero ella ni siquiera tuvo que adivinar lo que esos hombresquerían, porque se fueron acercando más y más a ella.
–Aléjense. –dijo con la voz temblando. Mientras los hombres se llegaron a donde ella estaba y empezaron a tocarla y quitarle la bolsa.
Julie solto la bolsa y dijo en voz alta y muy irritada –Tómenla y déjenme en paz. – pero los hombres no hicieron caso. Ni siquiera pusieron atención a la bolsa. Uno de ellos salió corriendo con la bolsa en lamano, y entonces entendió. Ellos querían a Julie, no su bolso, ni su mesada, ni siquiera los estúpidos chocolates Reese’s que guardaba en uno de los pequeños bolsos o las llaves de su apartamento.
Julie entró en pánico, comenzó a gritar pero el anciano que se suponía que en ese momento debía protegerla simplemente no despertaba, y los apestosos vagos que la acosaban no parecían tener intención deliberarla. Uno de los hombres le tapó la boca muy fuerte, la sujetaron hasta inmovilizarla y la arrastraron a los baños de los hombres. Mientras Julie daba gritos ahogados y ya había comenzado a llorar, solo la observaban y cada vez que intentaba escapar la empujaba de nuevo hasta caer al suelo. Dejaron que se agotara y llorara lo suficiente para que ya no pudiera defenderse, y estaban losuficientemente alejados de la caseta donde se hallaba el guardia, que ni el más fuerte grito que saliera de aquel recóndito baño se escucharía. Julie comenzó a preguntarse porque le sucedía esto, mientras entre dos de los hombres comenzaron a arrancarle la ropa, y ella se retorcía, pero estaba bastante rendida como para poder defenderse. Su teléfono celular, que estaba en la chaqueta mojada que tenia...