JULIO CESAR: EFIGIE HISTÓRICA, LITERARIA Y POLÍTICA.

JULIO CESAR: EFIGIE HISTÓRICA, LITERARIA Y POLÍTICA.

¿Es del Cesar -del hombre- su grandeza o es de Roma -el entorno-?

El asesinato de Julio Cesar, así como el asesinato de otros hombres retratados por la historia y la memoria del género humano como grandes personajes que imprimieron cambios en paradigmas históricos, ha sido exaltado nostálgicamente por diferentes personas1; y la únicamanera de hacer perdurable tales homenajes póstumos es a través del puño y la letra, a través de la escritura, a través de la literatura.
Grandes literatos se han sentido extrañamente obligados a escribir sobre este inmenso personaje que dio un gigantesco vuelco a las instituciones romanas y a su organización. Pero sólo desde Shakespeare ésta ha sido una labor plausible.
Shakespeare dotó alasesinato de Julio Cesar de gran importancia ya que le dio un matiz ciertamente poético. George Bernard Shaw se hizo con el premio nobel de literatura en parte gracias a su obra de teatro “Cesar y Cleopatra”2, continuando de esta manera el legado británico de remembrar al emperador romano con su representación sobre la tarima. Y así, se podría seguir una línea histórica sustrayendo escritores que sehayan rendido a la tentación de incluir a Julio Cesar en sus obras, pero lo que en realidad me importa es llegar al punto en el que se hable de Borges.
Borges, erudito argentino, escribió un cuento breve, “La trama”, en el que carga el asesinato de Julio Cesar de un sentido único:
“Para que su horror sea perfecto, César, acosado al pie de la estatua por lo impacientes puñales de sus amigos,descubre entre las caras y los aceros la de Marco Bruto, su protegido, acaso su hijo, y ya no se defiende y exclama: ¡Tú también, hijo mío! Shakespeare y Quevedo recogen el patético grito.
Al destino le agradan las repeticiones, las variantes, las simetrías; diecinueve siglos después, en el sur de la provincia de Buenos Aires, un gaucho es agredido por otros gauchos y, al caer, reconoce a un ahijadosuyo y le dice con mansa reconvención y lenta sorpresa (estas palabras hay que oírlas, no leerlas): ¡Pero, che! Lo matan y no sabe que muere para que se repita una escena.”
De esta manera podemos inferir la intención de Borges de querer edificar que La Historia es un ciclo de hechos, que el Destino precede todo y que, mientras los humanos sigamos siendo así (humanos), la Historia tenderá arepetirse, con pequeñas variantes de personajes, épocas y lugares, pero siempre con la misma “Trama”.
Este cuento podría parecer una apología del enfoque historiador que dice que se debe ver la historia desde los hechos y no desde los personajes, pero ciertamente lo vitupera. Este cuento no demuestra a secas que la misma historia ocurre en distintas épocas y lugares y que los personajes no interesan,sino que intenta construir una ejemplificación de que si bien son historias casi idénticas su connotación e influencia son bastante diferentes. Julio Cesar al morir, se martirizó y esto repercutió en el mundo entero a través del tiempo y el espacio; el gaucho al morir, simplemente murió y habrá tenido relevancia sólo para un cerrado grupo de conocidos y por un tiempo corto. También, osándome acontradecir un tanto a Foucault podríamos concluir que la historia no es ningún hilo discontinuo donde reina el azar, sino que a ciertas actuaciones humanas siempre corresponderán ciertas consecuencias históricas afines.
Julio Cesar no se convirtió en figura idílica de la literatura sólo por una serie de eventos que se confabularon para exaltarlo, para hacerlo dictador y luego mártir de Roma.Digámoslo de esta manera: si el espíritu del gaucho, un argentino que quizá hubiese sido un cobarde promisorio, hubiese albergado el cuerpo de Julio Cesar, este no habría prescindido de un ejercito numeroso para protegerle, y Julio Cesar no habría sido asesinado por los senadores patricios. Dicho de otro modo, y con un ejemplo más actual, ¿si Michael Phelps3 (nadador estadounidense y “recordman”...