julio cortazar
Charles Dickens
Colección
Grandes Novelas
www.librosenred.com
Dirección General: Marcelo Perazolo
Dirección de Contenidos: Ivana Basset
Diseño de Tapa: Patricio Olivera
Armado de Interiores: Carla Ríos
Está prohibida la reproducción total o parcial de este libro, su tratamiento
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Primera edición en español en versión digital
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ÍNDICE
Capítulo 1
6
Capítulo 21
177
Capítulo 2
11
Capítulo 22
182
Capítulo 3
20
Capítulo 23
195
Capítulo 4
25
Capítulo 24
203
Capítulo 5
34
Capítulo 25
210
Capítulo 6
45
Capítulo 26
218
Capítulo 7
47
Capítulo 27
225
Capítulo 8
58
Capítulo 28
233
Capítulo 9
71
Capítulo 29
239Capítulo 10
79
Capítulo 30
252
Capítulo 11
86
Capítulo 31
261
Capítulo 12
101
Capítulo 32
267
Capítulo 13
107
Capítulo 33
273
Capítulo 14
115
Capítulo 34
281
Capítulo 15
117
Capítulo 35
287
Capítulo 16
128
Capítulo 36
295
Capítulo 17
133
Capítulo 37
302
Capítulo 18
142
Capítulo 38
309
Capítulo 19155
Capítulo 39
322
Capítulo 20
169
Capítulo 40
334
Capítulo 41
347
Capítulo 52
424
Capítulo 42
353
Capítulo 53
430
Capítulo 43
361
Capítulo 54
443
Capítulo 44
367
Capítulo 55
457
Capítulo 45
375
Capítulo 56
465
Capítulo 46
383
Capítulo 57
471
Capítulo 47
390
Capítulo 58
483
Capítulo 48396
Capítulo 59
491
Capítulo 49
403
Acerca del Autor
495
Capítulo 50
412
Editorial LibrosEnRed
496
Capítulo 51
416
CAPÍTULO 1
Como mi apellido es Pirrip y mi nombre de pila Felipe, mi lengua infantil, al
querer pronunciar ambos nombres, no fue capaz de decir nada más largo
ni más explícito que Pip. Por consiguiente, yo mismo me llamaba Pip, y por
Pipfui conocido en adelante.
Digo que Pirrip era el apellido de mi familia fundándome en la autoridad de la losa sepulcral de mi padre y de la de mi hermana, la señora Joe
Gargery, que se casó con un herrero. Como yo nunca conocí a mi padre ni
a mi madre, ni jamás vi un retrato de ninguno de los dos, porque aquellos
tiempos eran muy anteriores a los de la fotografía, mis primeras suposicionesacerca de cómo serían mis padres se derivaban, de un modo muy poco
razonable, del aspecto de su losa sepulcral. La forma de las letras esculpidas en la de mi padre me hacía imaginar que fue un hombre cuadrado,
macizo, moreno y con el cabello negro y rizado. A juzgar por el carácter
y el aspecto de la inscripción «También Georgiana, esposa del anterior»
deduje la infantil conclusión de que mi madrefue pecosa y enfermiza. A
cinco pequeñas piedras de forma romboidal, cada una de ellas de un pie
y medio de largo, dispuestas en simétrica fila al lado de la tumba de mis
padres y consagradas a la memoria de cinco hermanitos míos que abandonaron demasiado pronto el deseo de vivir en esta lucha universal, a estas
piedras debo una creencia, que conservaba religiosamente, de que todos
nacieroncon las manos en los bolsillos de sus pantalones y que no las
sacaron mientras existieron.
Éramos naturales de un país pantanoso, situado en la parte baja del río y
comprendido en las revueltas de éste, a veinte millas del mar. Mi impresión
primera y más vívida de la identidad de las cosas me parece haberla obtenido a una hora avanzada de una memorable tarde. En aquella ocasión di
por...
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