jumua
Páginas: 8 (1931 palabras)
Publicado: 13 de febrero de 2014
Napoleón había permanecido durante once meses en un intranquilo retiro en Elba entre 1814 y 1815, observando con mucho interés el transcurso de los acontecimientos en Francia. Tal como él había previsto, la contracción del antiguo gran Imperio a sólo el reino de la vieja Francia provocó un gran malestar, un sentimiento alimentado además por lashistorias sobre la falta de tacto con que la monarquía borbónica trataba a los veteranos de la Grande Armée. La situación en Europa no era menos peligrosa; las demandas del Zar Alejandro I eran tan desorbitadas que las potencias en el Congreso de Viena se hallaban al borde de una guerra entre ellas. Toda esta situación conducía a Napoleón a una renovada actividad. El retorno de los prisioneros francesesdesde Rusia, Alemania, Gran Bretaña y España podría proporcionarle un ejército mucho mayor que aquel que se había ganado renombre en 1814. La amenaza que aún suponía Napoleón había llevado a los monárquicos en París y a los plenipotenciarios en Viena a discutir la conveniencia de deportarles a las Azores, y algunos iban aún más lejos, proponiendo su asesinato.
Napoleón, sin embargo, resolvió elproblema en su forma característica. El 26 de febrero de 1815, aprovechando el descuido de la guardia francesa y británica, embarcó en Portoferraio con unos 600 hombres y desembarcó el 1 de marzo en Golfe-Juan, cerca de Antibes. Excepto en la Provenza (que siempre fue proclive a la monarquía borbónica), recibió en todas partes una bienvenida que atestiguaba el poder de atracción de su personalidaden contraste con la nulidad de la del Borbón. Sin disparar un solo tiro en su defensa, su pequeña tropa fue creciendo hasta convertirse en un ejército. Ney, quien había dicho de Napoleón que debía ser llevado a París en una jaula de hierro, se unió a él con 6.000 hombres el 14 de marzo. Cinco días más tarde, el Emperador entraba en la capital, de donde Luis XVIII acababa de huir apresuradamente.Un Napoleón más débil
Ésta fue la principal tarea que se impuso a sí mismo durante los Cien Días. Se podría dudar sobre si su capacidad física y mental podrían llevarla a cabo. Existen evidencias que permitirían afirmar que su salud se había resentido. Algunas personas (como Carnot, Pasquier, Lavalette y Thiébault) pensaban que se hallaba prematuramente envejecido y debilitado. Otros, sinembargo, no distinguían ningún cambio, mientras que Mollien, que conocía bien al Emperador, atribuía la laxitud que le afectaba a la perplejidad por las circunstancias cambiantes. Esta explicación es la que parece aproximarse más a la verdad. El autócrata se sentía presionado por todas partes ante la necesidad de presentarse como un soberano constitucional, y al mismo tiempo que se desprendía de unabuena parte de la anterior rigidez, perdía también mucha de la vieja energía, tanto en pensamiento como en capacidad de acción. La suya era una mente que trabajaba maravillosamente sobre los hechos y caminos bien conocidos. Ahora existía una nueva necesidad de compromiso con los mismos hombres que anteriormente habían sido simplemente sus herramientas, pero cuando dejó los asuntos parlamentariosatrás y volvió al campo de batalla, mostró prácticamente todas las capacidades de iniciativa y resistencia que habían caracterizado su más brillante plan estratégico: la campaña de 1814.
Fechar su declive, como hace Chaptal, a partir de los fríos de la campaña de Moscú, es claramente incorrecto. El tiempo que duró su letargo en Elba pudo haber sido más desfavorable para su capacidad que los fríosde Rusia. En Elba, tal como indica Sir Neil Campbell, se convirtió en una persona inactiva y con sobrepeso. A esto habría que sumar que a partir de 1815 comenzó a sufrir retenciones de orina intermitentes, aunque no de gravedad. En conjunto, parece segura la afirmación de que fueron los cambios en Francia, más que los cambios en su salud, los que condujeron al manifiesto constreñimiento del...
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