Jurisdicción Eclesiástica

JURISDICCIÓN ECLESIÁSTICA. La potestad que tiene la iglesia para el conocimiento y decisión de los negocios civiles y criminales que ya por suiderecho propio ya por concesión ó privilegio de los príncipes son de su competencia. ■ ._ I. La jurisdicción eclesiástica puede dividirse en jurisdicción propia y esencial do la iglesia, y en
I'urisdiccioii accidental ó adquirida por privilegio, japrimera es meramente espiritual; dimana del divino fundador de la sociedad cristiana; recae solamente sobre las controversias relativas á la fé, á las costumbres y á la disciplina eclesiástica; se ejerce en el fuero interno y en el externo; es decir, asi en. el tribunal de la penitencia ó confesión sacramental, como en los tribunales de los prelados establecidos por la misma iglesia; comprende á lodoslos cristianos, cualesquiera que sea su clase ó gerarquia, menos al soberano según la antigua disciplina de lispaña, porque nunca debe exponerse al peligro de turbar la paz del Estado; y no puede imponer sino penas espiriluales, que miran solo al alma y contienen la privación de alguna comodidad ói ventaja espiritual, como la privación de la participación de los sacramentos, de la comunión de losfieles, del orden, del oficio ó beneficio que en la iglesia se desempeña, pero no penas civiles, ■como la pérdida de la vida, de los bienes en todo ó e» parte, de la honra y de los derechos civiles ó
políticos, la fustigación, la encarcelación, elencierro, el extrañamiento, etc. ' >l(jv ¡ Mas la segunda, estoes, la jurisdicción accidenta ó privilegiada, es puramente temporal; emanade la mismafuente que la real, ordinaria ó común, es decir, de la corona; fue otorgada por los principes á la Iglesia, no solamente para imponer penas civiles á clérigos y legos por los delitos eclesiásticos ó religiosos, sino también para entender en los delitos comunesque los clérigos cometen como ciudadanos, y en los pleitos que por negocios temporales tienen entre sí los mismos clérigos ó en que sondemandados por los legos, y por consiguiente puede ser limitada, modificada o abolida por el soberano cuando y coma le parezca mas conveniente al mejor relimen del Estado. Jesucristo, en efecto, no fundó sino un reino puramente espiritual, y lejos de disminuir la autoridad de las potestades seculares, se sujetó á ella en todas ocasiones, enseñó á respetarla y obedecerla con sus palabras y su ejemplo; yen si) vista los apóstoles, asi* como SUS primeros sucesores los pupas y los obispos, y todas las personas dedicadas al culto divino, no rehusaron jamás presentarse en los tiibuuales de los legos como demandantes ó demandados, sin que pusiesen ei* dtnla su poder. Pero cuando ya el cristianismo, reinaba en el imperio, tuvieron a bien los príncipes eximir de la jurisdicción de los magistrados á losclérigos y religiosos en sus causas civiles y criminales, con masó menos excepciones, cencediéndoles lo que se llama el privilegio del fuero, para? que apartados del estrépito del foro secular pudieran dedicarse cen mas esmero al servicio divino y no fuesen juzgados sino por sus obispos. Largoseria escribir aquí minuciosamente la historia dota jurisdicción privilegiada de la iglesia, suprogresiva extensión, sus usurpaciones, las modificaciones que hubieron de hacerse en ella, y las razones que las motivaron; y asi nos remitimos á las obras de los canonistas, que han tratado con difusión esta materia, especialmente á las ¡nslitucione» del derecho canónico por Cavalario y á las de derecho público eclesiástico por Sigismundo Lackics* contentándonos con presentar el cuadro del estado
3uetiene actualmente entre nosotros la jurisdicción e la iglesia, ya que en el reglamento de 26 de sel. de 1833, art. 36, y en el título quinto (auarige como decreto) de la constitución de 1812, art 249, se quiere que los eclesiásticos continuea gozando del fuero de su estado en los términos que prescriben las leyes ó que en adelante prescribieren.
II. Corresponde á la jurisdicción propia de 1»...