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Era una tarde como cualquier otra, puede ser q fuera martes, puede ser que fuera trece, pero nada de eso podría haber cambiado lo queocurrió.
Iba yo como cualquier otro día de verano paseando por la playa con mi novia. Fue una de las mejores tardes y más románticas demi vida. La tarde empezó con un paseo por la playa dejando nuestras huellas juntas en la arena mientras el sol se iba poniendo.
Alatardecer, cuando el sol se perdía en el horizonte y el mar se quedaba de un color naranja muy bonito, nos sentamos para ver como sedesvanecían los últimos rayos de luz del sol. No vi mejor momento para cantar en voz baja una canción bonita, mientras se acercaba hacia mí y misbrazos la rodeaban.
Ya acabado el atardecer fuimos por la orilla del mar hasta llegar a una zona de tenderetes, comida rápida, tambiénhabía algunos pubs…
Allí la invité a cenar algo rápido y seguimos caminando por los tenderetes mientras hacíamos la digestión. En untenderete ella vio un colgante muy bonito, el cual llevaba escrito: Si fuese el mar, y tu una roca, haría subir la marea, para besar tu boca.Ella nada más verlo lo compró y me lo regaló, a lo q acto seguido le di lo que ella quería sin ser ella el mar, ni yo una roca.
Después deesto nos dimos un último baño bajo la luz de la luna, y así es como un día de lo más normal acabó siendo el mejor de mi vida.