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CRÍTICA DE LA INDUSTRIA CULTURAL: EL PLURALISMO COMO DETERMINACIÓN AL CONSUMO
Meritxell Peleado García

El propósito de este artículo es explicitar tanto la genealogía como el proceso de legitimación de lo que se ha dado en llamar pluralismo. Antes de poder llevar a cabo esta tarea, cabría preguntarnos qué es el tan aclamado pluralismo. Cuestión ésta harto difícil y nada inocente, pues si dealguna manera creemos poder agrupar la existencia de múltiples manifestaciones bajo la rúbrica de pluralismo es por la común resistencia a la sistematización que encontramos en todas ellas, por su irreductibilidad, tanto en el ámbito práctico, con respecto a las otras prácticas con las que comparten escenario, como en el teórico, por la imposibilidad de abrazarlas en una visión globalcomprehensiva de todas ellas. Parece que lo único que nos queda es la constatación de la efectiva existencia de todas esas manifestaciones, ante las que no cabe más que adscribirse, en mayor o menor grado, a alguna. La perplejidad que nos produce la naturalidad con que se toma esta única plural alternativa, la renuncia a la posibilidad de encontrar un criterio con el que concretar, ordenar y sancionar elestallido de lo múltiple, empieza a hacernos sospechosa la categoría “pluralismo”, que más que explicar la realidad, simplemente la designa, depositando en este gesto denotativo su legitimidad. La raigambre de esta falta de exigencia de razón, y de razones, la encontramos sin duda en las críticas que se suscitaron contra la razón objetiva que pretendía la Ilustración, y con la constatación delfracaso de ésta, ya fuese en la figura de violencia teórica contra el objeto que trataba de comprender, ya en la imposibilidad de comprensión de aquello que no se ajustase a los parámetros práctico-teóricos impuestos por aquélla.
El pluralismo se nos presenta como reacción ante una racionalidad que en el intento de comprender el ser lo ha modelado a su incapacidad para conseguir esta finalidad.Desaparecen en él toda referencia a instancia alguna desde la que poder fundamentar las formas en que se nos manifiesta lo real, lo que deriva en una deserción, tanto a nivel práctico como teórico, que adopta la forma de la mera adhesión a la carta ante lo existente. Adhesión que se autojustifica en la tranquilidad de conciencia que supone el pensarla como tolerancia respecto a lo otro, actitud derecepción ante lo real, denuncia de la ilusión de la transcendentalidad y otras tantas contrapartidas a los errores de la racionalidad ilustrada. Sin embargo creemos que desde las críticas al proyecto ilustrado ―que no necesariamente implican la deriva hacia la deserción teórico-política― podemos dar cuenta del pluralismo como una etapa más, una vuelta de tuerca más, de esa razón objetiva y objetivantea la que precisamente el pluralismo pretende haber superado, confirmando así nuestras sospechas acerca de la insuficiencia teórica y práctica de esta categoría.
El punto del que partimos para comprender este proceso y mostrar sus afinidades y continuidad con la razón que se pretende denunciar, es el análisis adorniano de la industria cultural, que nos permitirá presentar la apuesta por elpluralismo como ideología sobre la que se sustenta la estructura de nuestras sociedades actuales: determinación al consumo o adscripción a cualquiera de las múltiples realidades que se nos presentan de forma irreductible mediante nuestra absoluta identificación con ella; proceso en el que nada importa el contenido de esa realidad ―análogamente como ocurría con los objetos de conocimiento en laepistemología de tono ilustrado― y en el que se imposibilita la efectiva autonomía de los sujetos, configurados por la pertenencia a este o aquel grupo de consumidores ―una suerte de sujeto consumidor transcendental, esta vez con múltiples manifestaciones.
A pesar de que en el análisis del fenómeno de la industria cultural el foco de interés lo centra Adorno en el estudio sociológico y los procesos...