Kalimba!

KALIMBA!
La entrega de medios «… otra fue golpeada porque menstruaba» [enero 3, 2011] produjo dos reacciones útiles para reflexionar ahora sobre la cobertura noticiosa del Caso Kalimba, el delcantante comercial acusado penalmente de violar a dos adolescentes en un hotel de Chetumal, tras salir de un bar donde aquél había hecho de «DJ» y éstas de edecanes no obstante sus 16 y 17 años [diciembre19, 2010].
Luego de escribir que le sorprendió «tristemente descubrir que la nota [analizada en la entrega anterior] fue reportada por una mujer y con VoBo por su director, otra mujer», Gaby Rendónse pregunta «si esa reportera lo hubiera escrito con igual apatía si la víctima [del abuso sexual] hubiera sido ella».
Respecto del mismo punto, Jacobo Pichardo considera que «no podemos decir que sevuelve más relevante [el problema] porque una mujer lo haya escrito; hay que recordar que vivimos en una sociedad patriarcal que atraviesa también a las mujeres».
Sus comentarios me vinieron a lamente al seguir el Caso Kalimba porque gran parte de los contenidos informativos a los que tuve acceso estaban firmados por mujeres y, otra vez, la emisión de noticias sin reglas fincadas en la legalidady la ética profesional atropelló los derechos de las probables víctimas —dos adolescentes por cuya dignidad, intimidad e identidad ni servidores públicos ni periodistas hemos tenido consideración.Francisco Alor Quezada, procurador general de Justicia del Estado de Quintana Roo y la fuente originaria, violó la Constitución mexicana al revelar —entrevistado en la primera emisión de Noti-FórmulaCancún [diciembre 27, 2010] y en conferencia de prensa, al día siguiente— el nombre completo de las denunciantes: el Artículo 20 impone entre «los derechos de la víctima» el «resguardo de su identidady otros datos personales […] cuando sean menores de edad; cuando se trate de delitos de violación […]».
Con fortuna, la mayoría de los medios noticiosos se ha cuidado de revelar la identidad de...