Kant
Ensayo sobre las enfermedades de la cabeza
La simplicidad y austeridad de la naturaleza sólo exigen del hombre y pro
ducen en él conceptos comunes y una honradez vulgar; la coacción artificial y la
exuberancia del estado civil son criadero de guasones y embaucadores, pero tam
bién, ocasionalmente, de chiflados y estafadores, y originan una apariencia de
sabiduría o de honestidadque puede prescindir tanto del entendimiento como de
la integridad, con tal que sea suficientemente tupido el velo que los buenos moda
les extiendan sobre las lacras secretas del corazón o de la cabeza. A medida que
aumenta el artificio, la razón y la virtud se convierten en consigna general, de tal
modo, sin embargo, que el ardor en hablar de ellas puede quizá dispensar a las per
sonasinstruidas y bien educadas de la carga de poseerlas. La general estimación
de que gozan esas dos ensalzadas cualidades presenta, no obstante, una diferencia
notable: todo el mundo manifiesta tener mucho más celo por las ventajas del
entendimiento que por las buenas disposiciones de la voluntad y, puestos a elegir
entre ser un tonto o un bellaco, nadie duda un momento en inclinarse por las ven
tajas de losegundo; lo cual es, ciertamente, muy comprensible, pues si todo
depende de la habilidad, será imprescindible la astucia sutil, mientras que la hon
radez, en esas condiciones, no será más que un obstáculo.
Vivo rodeado de ciudadanos doctos y decorosos, es decir, de gentes expertas
en parecerlo; y me halaga que sean tan razonables como para suponer que estoy lo
bastante dotado de esas prendaspara guardarme muy mucho de perturbar la acti
vidad pública con chismes ancestrales en caso de que tuviera en mi poder los más
eficaces fármacos para suprimir de raíz las enfermedades de la cabeza y del cora
zón. Máxime, siendo consciente de que la cura del entendimiento y del corazón
que la moda prefiere está progresando en la forma deseada y que, especialmente,
los médicos del primero, llamadoslógicos, están dando cumplida satisfacción a las
demandas generales desde el momento en que hicieron este importante descubri
miento: que la cabeza humana en realidad es un tambor que sólo suena porque está
vacío.
Por consiguiente, nada me parece mejor que imitar el método de los médicos,
los cuales creen haber hecho un gran servicio al paciente dando un nombre a su
enfermedad; así que voy aesbozar un breve catálogo de las lacras de la cabeza,
desde su parálisis en la imbecilidad hasta su arrebatamiento en el frenesí. Mas,
para llegar a conocer la manifestación gradual de estas repulsivas enfermedades,
creo necesario explicar antes sus grados más benignos, desde la estupidez hasta la
chifladura, pues estas particularidades son mejor aceptadas en las relaciones
sociales y, sin embargo,conducen a las otras.
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lmmanuel Kant
SALUD MENTAL Y CULTURA
El torpe carece de ingenio, el estúpido carece de entendimiento. La rapidez
para entender algo y recordarlo, al igual que la facilidad para expresarlo adecua
damente, dependen en gran medida del ingenio; por eso, alguien puede no ser
estúpido y, al mismo tiempo, ser muy torpe, en la medida en que le cuesta que algo
le entre enla cabeza, aunque luego pueda hacerse cargo de ello con gran madurez
de juicio. La dificultad de expresión nada demuestra menos que incapacidad inte
lectual, sino sólo que el ingenio no presta la ayuda necesaria para, entre una varie
dad de signos, vestir el pensamiento precisamente con aquellos que mejor le cua
dran. El famoso jesuita Clavius fue expulsado de las Escuelas por ineptitud (pues,según la prueba de inteligencia de Orbilio, para nada sirve un muchacho que no
sepa hacer versos ni ripios); más tarde, se encontró por casualidad con las mate
máticas y entonces cambiaron las tornas, resultando ser sus antiguos maestros los
torpes. El juicio práctico acerca de las cosas, como es el que necesitan los campe
sinos, los artistas o los marineros, difiere mucho del que emitimos en...
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