Khalil

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EL

LOCO




GIBRAN

JALIL

GIBRAN












(1918)
































Prólogo






¿Qué poeta no es loco? ¿A quién que no sea un loco puede ocurrírsele la terrible incongruencia de vivir para el verso? Sólo el que sabe descubrir lo hermoso y tiene lapalabra adecuada puede ser capaz de trasladar al poema sus sentimientos, sus emociones, sus inquietudes y sus esperanzas. Y por eso seguramente, el poeta alcanza los niveles de la locura. Porque para adentrarse en la hermosura, en la belleza de las cosas y de los hechos, hay que abordar las naves de la ensoñación o sentarse a perder el tiempo en la contemplación del paisaje o en la marchalaboriosa y tenaz de las hormigas.
Y la palabra de Gibrán Jalil Gibrán, el poeta, el loco, tiene la virtud de descorrer el velo del misterio que cubre el amor de las cosas sencillas, la balanza íntima en que se pesan la verdad, la belleza y la justicia.
En este loco no hay mayor enfermedad que ser sensato, que saber ver con privilegio lo que la vista del hambre común no alcanza. Leyendo a este loconuestra propia razón se va a platicar con la divinidad, nos olvidamos del trabajo fatigante para danzar con él entre montañas y valles hasta hallar la soledad reconfortante.
Gibrán es un poeta musical. En sus frases va siempre el inevitable comparar con nuestras propias vivencias para volar en alas de la muy propia fantasía. Su música suena como sinfonía espiritual que se va tornandoespectacular y, casi mágica, nos hace viajar por nuestro interior en busca del lugar en que guardamos el líquido concienzal de la concordia, del saber vivir felices.
Aquí, en estas páginas, encontraremos seguramente una época diferente a la nuestra, con el encanto peculiar de otras situaciones y otros paisajes; hallaremos también una poderosa sensibilidad que detiene la atención y el pensamiento, queacicatea la curiosidad y amplía nuestro horizonte.
A cada línea, en cada página, brotan el anhelado bienestar, el oloroso perfume de las flores, el panorama amplio y verdadero de los hechos y de las acciones, la intención filosófica y humana, un enfoque distinto y diferente de las cosas... y así vamos encontrando el equilibro armónico de nuestras vidas.
Vayamos pues a disfrutar sus letras,sus conceptos. Vayamos entusiastas buscando una fuga para nuestras confusas inquietudes. Deambulemos con el poeta y encontremos el reposo y la tranquilidad espiritual para equilibrar esa locura que vive siempre oculta en ese loco desconocido que es nuestro cerebro. . .






























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Me preguntáis como me volví loco. Así sucedió:
Undía, mucho antes de que nacieran los dioses, desperté de un profundo sueño y descubrí que me habían robado todas mis máscaras —si; las siete máscaras que yo mismo me había confeccionado, y que llevé en siete vidas distintas—; corrí sin máscara por las calles atestadas de gente, gritando:
—¡Ladrones! ¡Ladrones! ¡Malditos ladrones!
Hombres y mujeres se reían de mí, y al verme, varias personas,llenas de espanto, corrieron a refugiarse en sus casas. Y cuando llegué a la plaza del mercado, un joven, de pie en la azotea de su casa, señalándome gritó:
—¡Miren! ¡Es un loco!
Alcé la cabeza para ver quién gritaba, y por vez primera el sol besó mi desnudo rostro, y mi alma se inflamó de amor al sol, y ya no quise tener máscaras. Y como si fuera presa de un trance, grité:
—¡Benditos!¡Benditos sean los ladrones que me robaron mis máscaras!
Así fue que me convertí en un loco.
Y en mi locura he hallado libertad y seguridad; la libertad de la soledad y la seguridad de no ser comprendido, pues quienes nos comprenden esclavizan una parte de nuestro ser.
Pero no dejéis que me enorgullezca demasiado de mi seguridad; ni siquiera el ladrón encarcelado está a salvo de otro ladrón....