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Jostein Gaarder
Ãndice
El jardÃn del Edén
El sombrero de copa
¿Qué es la filosofÃa?
Un ser extraño
Los mitos
La visión mÃtica del mundo
Los filósofos de la naturaleza
El proyecto de los filósofos
Los filósofos de la naturaleza
Tres filósofos de Mileto
Nada puede surgir de la nada
Todo fluye
Cuatro elementos
Algode todo en todo
Demócrito
La teorÃa atómica
El destino
El destino
Ciencia de la historia y ciencia de la medicina
Sócrates
La filosofÃa en Atenas
El hombre en el centro
¿Quien era Sócrates?
El arte de conversar
Una voz divina
Un comodÃn en Atenas
Un conocimiento correcto conduce a acciones correctas
Atenas
Platón
La Academia de Platón
Loeternamente verdadero, lo eternamente hermoso y lo eternamente bueno
El mundo de las ideas
El conocimiento seguro
Un alma inmortal
El camino que sube de la oscuridad de la caverna
El Estado filosófico
La Cabaña del Mayor
Aristóteles
Filósofo y cientÃfico
No hay ideas innatas
Las formas son las cualidades de las cosas
La causa final
Lógica
La escala dela naturalezaÃtica
PolÃtica
La mujer
El helenismo
El helenismo
Religión, filosofÃa y ciencia
Los cÃnicos
Los estoicos
Los epicúreos
El neoplatonismo
Misticismo
Las postales
Dos civilizaciones
Indoeuropeos
Los semitas
Israel
Jesús
Pablo
Credo
Post scriptum
La Edad Media
El Renacimiento
La época barroca
Descartes
SpinozaLocke
Hume
Berkeley
Bjerkely
La Ilustración
Kant
El Romanticismo
Hegel
Kierkegaard
Marx
Darwin
Freud
Nuestra época
La fiesta en el jardÃn
Contrapunto
La gran explosión
El que no sabe llevar su contabilidad
por espacio de tres mil años
se queda como un ignorante en la oscuridad
y sólo vive al dÃa
GoetheEl jardÃn del Edén
.... al fin y al cabo, algo tuvo que surgir en algún momento de donde no habÃa nada de nada...
SofÃa Amundsen volvÃa a casa después del instituto. La primera parte del camino la habÃa hecho en compañÃa de Jorunn. HabÃan hablado de robots. Jorunn opinaba que el cerebro humano era como un sofisticado ordenador. SofÃa noestaba muy segura de estar de acuerdo. Un ser humano tenÃa que ser algo más que una máquina.
Se habÃan despedido junto al hipermercado SofÃa vivÃa al final de una gran urbanización de chalets, y su camino al instituto, era casi el doble que el de Jorunn. Era como si su casa se encontrara en el fin del mundo, pues más allá de jardÃn no habÃa ninguna casa más.
Allà comenzaba elespeso bosque.
Giró para meterse por el Camino del Trébol. Al final hacÃa una brusca curva que solÃan llamar Curva del Capitán. Aquà sólo habÃa gente los sábados y los domingos.
Era uno de los primeros dÃas de mayo. En algunos jardines se veÃan tupidas coronas de narcisos bajo los árboles frutales. Los abedules tenÃan ya una fina capa de encaje verde.
¡Era curioso ver cómotodo empezaba a crecer y brotar en esta época del año! ¿Cuál era la causa de que kilos y kilos de esa materia vegetal verde saliera a chorros de la tierra inanimada en cuanto las temperaturas subÃan y desaparecÃan los últimos restos de nieve?
SofÃa miró el buzón al abrir la verja de su jardÃn. SolÃa haber un montón de cartas de propaganda, además de unos sobres grandes para su madre.TenÃa la costumbre de dejarlo todo en un montón sobre la mesa de la cocina, antes de subir a su habitación para hacer los deberes.
A su padre le llegaba únicamente alguna que otra carta del banco, pero no era un padre normal y corriente. El padre de SofÃa era capitán de un gran petrolero y estaba ausente gran parte del año.
Cuando pasaba en casa unas semanas seguidas, se paseaba...
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