kiara

rN§AYO
PUERTO NICO

Nemesio Canales
Nuestro machísmo

Abundan que
los llamados casos
esas pajas

un horror en la crónica policial de estos dlas,
pasionales. Un hombre que Por un quítameallá

es

dejl§inli&-á:ótñ

reprobación general y

se le

hombre, provoca inmediatamente la

tilda de asesino. Pero basta que la hazaña

contra una mujer, sea quien sea, para que.todos,por un
tácito acuerdo, consideremos el hecho como un simple accidente
desgraciado y dispensemos al agresor hasta de la obligación de suministrarnos alguna explicación de su conducta. ¿Anda una mujernovia, amante, hermana- por el medio? Pues entonces...
-esposa, sus razones tendrá el matador o heridor para tomar tan
muy bien;
fatal resolución. Y si no tuvo razones, tendría sin duda pasiones, yaquí no ha pasado nada, y cadacual a lo suyo sin acordarse más de lo
sea realizada

sucedido. Casi se podría decir que la soleda{mira con la misma
indulgente mezcla de curiosidad satisfecha y deindiferencia la muerte
violenta de una gallina que la de una mujer. Ya veis, ya veis cómo en
el seno de este nuestro pueblo, más manso que un cordero, no pasa
día sin que en alguna parte unmarido, novio o amante celoso o
despechado la emprenda a cuchilladas o a tiros con alguna infeliz
mujer.
¿Cuál es la causa de ese lamentable fenómeno social que presenciamos con tanta frecuencia? Yo nopresumo de psicólogo ni de sociólogo profundo, pero me parece a ml, claro como la luz, que la

t

ENSAYO

/

Nuestro mochismo

causa de esros constantes y horribles atropeilos
contra lahumanidad

femenina se debe al choorr. rle n,r."t.^ krrrr^ .-^-l:^-^ ^------- r
por la reali
úña civili
que nos ha impuesto
--,',rc
rrccuo ra aceptacrón de una parcml erññErpación
acepracronparci
de nuestra mujer.
Ya la mujer puertorriqueña, a diferen.i" i. la mujer
.rp"fol"'á.
otros punros de España y América, va y viene ,ol"
po, l" ."11., y ,.

coloca en tiendas y oficinas, y se...