Kieerkegaard Debes Amar Al Pr Gimo En Obras Del Amor Cropped

Il.-2

TU DEBES AMAR AL "PROJIMO'

Porju. en efecto, es ci amor crisziano el qe descubre y co;zoce la existenc:a dei srojimo. Si no exisijese el deber de amar,
tampoco existiría el concepto "prójimo" ; solamente cuando se
ama ,il pro'j/o
ri2 queda eliminado ci egoísmo d6 la predilección
y protegida la igualdad de lo eterno en el drizo;.

Al cristianismo se le ha echado en cara con frecucncia —deas más diversas maneras, los más varios talantes y con apasionamiento y perspectivas diferentes— el que desaloje el amor y
la amistad. Por contrapartida, otros han pretendido asumir la
defensa del cristianismo, afianzándose al fin de cuentas en la
cnsefianza del mismo, scgn la cual se ha ele amar a Dios .con
todo ci corazón y al prójimo como a uno mismo. Si planteamos
así la controversia, entoncesparecería indiferente el que nos
pongamos a favor o en contra, va que una discrepancia en el
aire o una coincidencia en el aire son igualmente vacías. Más
bien, lo que hay que procurar es poner debidamente en claro el
punto ele litigio para, de esta manera, a hacer la defensa, conceder con toda tranquilidad que ci cristianismo ha destronado el

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amor y la amistad. esdecir, el amor segtn el impulso y las inclinaciones, la predilección, para poner en su lugar el amor según
ci espíritu, el amor al prójimo: un amor que seriamente y de
verdad es por su interioridad mucho más tierno que lo sea el
'n i le amor en su unión, y Dor su sinceridad es m á s fiel oue ., 1.
lo haya sido la más famosa amistad en su pacto. Lo que procede
es poner debidamente en claro que lasalabanzas al amor y a la
a mistad pertenecen al paganismo, que "el poeta" propiamente
pertenece al paganismo, y lo mismo digamos de su tarea. Con
ello habremos dejado el campo despejado para, con un pleno
convencimiento espiritual, dar al cristianismo lo que es del cristianismo, a saber, el amor al prójimo, un amor del que en el
paganismo ni siquiera se encuentran barruntos. Lo que procede
es procurardistinguir y dividir correctamente para en lo posible
ayudar al individuo en la elección que haga, y no confundir y
mezclar todas las cosas, impidiendo con ello que el individuo
logre una impresión cabal de cada cosa. Y, sobre todo, lo que
no se debe hacer al asumir la defensa del cristianismo es pretender, consciente o inconscientemente, adscribírselo todo, incluso
lo que no es cristiano.
Todoel que lucida y seriamente considere este asunto verá
que el punto de litigio consiste en la siguiente pregunta: ¿Serán el amor y la amistad conforme a la naturaleza lo más alto
del amor, o habrá que eliminarlos? El amor y la amistad son
relativos a la pasión; pero la pasión, a la ofensiva o a la defensiva, no conoce en su lucha más que una alternativa: "o existo
y soy la cosa suprema, o no existoen absoluto; o todo, o nada".
El embrollo y la confusión aparecen —desacreditando a todos los
que los practiquen, ya sea el paganismo o el poeta, ya sea el
cristianismo mismo— cuando la defensa asienta que indudablemente el cristianismo ensefia un amor más alto, pero además

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Scr;2 Kierkegaard

continúa ensalzando el amor y la amistad. Esta manera de hablar
sobre el amor pone en evidencia doscosas: que el que habla no
PO5C ci espíritu del poeta, ni tampoco el del cristianismo. En el
dominio del espíritu —si se quiere evitar el hablar malamente—
no se puede hablar corno lo hace un tendero cualquiera, que tiene
unos géneros d una calidad fuera de serie, pero también tiene
otros de calidad intermedia, desde luego estupendos y recomendables, y en definitiva tan buenos como los primeros.Esta no
es manera de proceder, pues si es ciertísimo que el cristianismo
enseña: que el amor a Dios y al prójimo es el auténtico amor,
entonces también es cierto que como él ha derribado "toda altanería que se levante contra la ciencia de Dios, doblegando todo
pensamiento a la obediencia", así también ha derribado ci amor
y la amistad. Si semejante manera de hablar embrolladora y confusiva fuera...