kikiikikiki



Recuerdo que, cuando era pequeño, en más de una ocasión me preguntaron que era para mí la paz. Siempre me hacía un lio para intentar explicarlo de modo que quedara una respuesta bonita y digna de un adulto, aunque al final, todo se resumia a “la ausencia de violencia, guerras etc. en el mundo”. No era muy dado a contestar las preguntas sencillas con una respuesta universal. Ya saben, de esasque aparecen en un diccionario o enciclopedia y le hacen preguntarse a uno a quien se le habrá ocurrido esa definición tan perfecta. De modo que improsivaba. Y mucho, pero, el resultado era bonito. Asi que un dia, decidi explallarme en una redaccion que nos mandaron desde religion, la cual debía abordar este tema. Decidi inventarme una historia que, de un modo u otro, contestara a las preguntasque nos hacemos sobre la paz: ¿Qúe es?. ¿Qúe hay que hacer para alcanzarla?. ¿Y cómo se hace eso?. Todo eso

La historia hablaba de un hombre. Un hombre sencillo. Corriente. La verdad es que era un hombre de negocios, lo que le obligaba a estar una media de doscientos sesenta dias al año viajando dentro de un avión. Visitó setenta países y más de ciento cincuenta ciudades. Conoció a más de milpersonas encantadoras. Pero siempre sintió la necesidad de viajar él solo, extraoficialmente, sin rumbo. La falta de un destino concreto, se debía a que la falta de un objetivo concreto. El hombre buscaba algo, no sabía qué, pero algo anhelaba,lo que impedía saber el destino. Asi que, un día de vacaciones, cogió su moto, una mochila bien aprivisionada, un bastón, decisión y seguridad y se lanzó a laaventura.

El primer dia estuvo horas conduciendo, disfrutando del paisaje que ante él se extendía. Al atardecer, se acercó a un pueblo que había a escasos kilometros. La verdad, es que el viaje empezó a tornarse negro. La gente de aquel pueblo era muy cerrada cuando menos antipática. Le pareció que habia fallado en la eleccion del pueblo de modo que se dispuso a coger la moto de nuevo cuandoempezo a llover de una manera exagerada e inesperada. Resignado, no vió otra opción que buscar de mala gana un albergue u hostal donde alojarse. Encontró uno y entró en él con una mezcla de mala gana y miedo a lo que le pudieran contestar o a lo que pudiera pasar. Su error fue la disposición con la que se dirigió a recepción. La señora que había trás el mostrador, de avanzada edad y de aspectoamable, dejó de escribir y le miró con unos preciosos ojos azules y una sonrisa digna de una abuela que sonrie a su nieto trás meses sin verle. El hombre, sorprendido de esa muestra de afecto, preguntó de forma educada si había habitaciones libres a lo que la señora respondió dulcemente que sí. Tras pagar la habitación, la señora acompañó al alojamiento y le deseeó buenas noches. El hombre, cerró lapuerta, se sentó en la cama y se mordió la lengua por dentro por haberse dirigido de forma atacante a la señora, en un principio. A la mañana siguiente, se despertó pronto, desayunó y se fué.

Trás varias horas conduciendo por en medio de la nada, la moto empezó a hacer ruidos extraños y se caló. Sin otra opción, el hombre empujó la moto durante diez kilometros hasta que encontró una gasolineracon taller. Malhumorado, entró en la tienda para buscar al encargado y se encontró con una cola enorme. Cuando tras media hora de espera solo quedaba una persona esperando, este señor se puso a discutir con el encargado. Tras mucho esperar, el hombre le espetó al señor de delante que le dejara pasar ya que lo suyo era una urgencia. El señor contestó de una forma que es mejor no escribir y trasvarias impertinecias mutuas, los dos hombres se enzarzaron y acabaron siendo expulsados de alli. Magullado y sin moto, el hombre estaba peor de como habia habia llegado. Miro en un mapa de carreteras y vió que el siguiente pueblo estaba a cincuenta y siete kilometros. El hombre, aun sabiendo que era culpable del alboroto, estaba cegado por el enfado, y no se dignaba a pedir perdon al encargado...