Kiloko

Sus hermanos se morían de hambre, eso Tom lo tenía muy, muy claro. Pero nunca se había planteado el echo de meterse de lleno en un club como aquel.
Su padre estaba metido en la revolución, y tambiénen aquel lugar tendría información al respecto.
Aun así… seguía sintiendo repulsión por aquello que pensaba que se vería obligado a llevar a cabo.
Abrió la puerta y un fuerte aroma a incienso loinundo todo por completo, azotando su nariz y recorriéndolo por completo. Un aroma intenso y dulzor que atraía hacia el interior del local.
Abrió la puerta de golpe y algo la devolvió hacia él con unagran fuerza haciendo que esta se estrellara contra su nariz.

- ¡¡esta cerrado¡¡- gritó una voz desde el interior de la casa.


-¡ ya lo se¡ vengo para pedir trabajo


La puerta seabrió con delicadeza y una cabeza asomo por detrás de ella. Era un muchacho moreno, con unos increíbles ojos azul oscuro y un rostro joven y hermoso con una sonrisa de diablo contenido que se burlabade él aun sin conocerlo


estas loco- no se detuvo a decirle más, si no que dejando la puerta abierta se alejo hacia el interior del local gritando un nombre que Tom no llegó a entender.
Se levantodel sulo ayudado por un par de muchachas más jóvenes que él, que reian quiza divertidas por aquella extraña situación que en un momento se había producido.

- no le hagas caso, Daniel essiempre así
- si, por eso nadie le quiere


- te he oido- el chico había vueloto acompañado por una mujer de unos veinticinco años de edad, de larga cabellera negra y lisa y ojos de un castañoambar que brillaban bajo las luces palidas del local

- yo también te quiero Dan- dijo la chica mientras se aproximaba a él y le lanzaba los brazos alrededor del cuello

- yo te odio-Daniel se la quitó de encima y se dirigió hacía una de las mesas más proximas a donde estaba teniendo lugar la conversación.

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La mujer recién llegada se acercó a Tom y colocándole una mano tras...