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Era un hermoso día de verano. Hacia una temperatura de alrededor de 30° y la humedad era muy moderada. Sería difícil encontrar un día mejora para ir a la playa en una ciudad que la mayoría deltiempo permanece en invierno. A pesar de que era ya mediado del verano, Sofía no había estado este año en la playa.

Sofía siempre había disfrutado de la playa pero, con sus estudios de derecho y con untrabajo a medio tiempo y exigente como el suyo, no encontraba una ocasión para ir. Sus dos mejores amigas, Gladys y Mónica, le habían invitado a ir con ellas en numerosas ocasiones, pero siempretenía obligaciones laborales que le impedían aceptar sus invitaciones

Cuando Gladys le llamo el lunes, Sofía pensó que podría ir a la playa el sábado. Acababa de concluir un proyecto importante yciertamente podría dedicarse durante la semana a los trabajos menos importantes que tenía sobre su mesa. El martes, el feje de Sofía le comunico que necesitaba un informe una semana antes de lo previsto yque debería estar encima de su mesa el lunes por la mañana.

Sofía estaba devastada. Realmente deseaba ir a la playa, pero no creía que pudiese terminar el informe a tiempo si se iba, además quetenía también que estudiar para sus exámenes parciales de la universidad. Gladys probablemente no la volvería a invitar si se echaba atrás esta vez, pero el informe tenía que estar hecho.
Sofía tratodurante la semana de ocupar sus tiempos de la mejor manera para lograr cumplir con todo lo que debía y así poder ir a la playa con sus amigas; generalmente tomaba su vehículo que era una motocicleta yrápidamente iba de la universidad al trabajo y luego a su casa. Sin embargo el día viernes en su afán de aprovechar al máximo el tiempo que tenía, paso rápidamente un semáforo cuando la luz estaba enamarillo y un auto la embistió. Aunque ella llevaba su equipo de protección al salir por los aires su casco salió despedido y cayó al piso golpeando su cabeza contra el pavimento.

Cuando fue...