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EL DIARIO DEL MAESTRO Y LA MAESTRA:
Una herramienta metodológica para aprender a mirarnos y a pensarnos.
En muchas ocasiones nos planteamos estas preguntas o algunas similares a estas, ¿Qué enseño? ¿Cómo lo enseño? ¿Cómo y qué evalúo? ¿Para qué, Con quien y Con que lo hago?, el hecho de hacerlo y de procurar responderlas ya supone un incipiente reflejo del interés, casi intuitivo,que mostramos los profesores sobre la importancia de reflexionar sobre nuestra propia actuación en el aula, es decir, clarificar las razones de nuestra práctica docente, nuestros avances, limitaciones, aciertos, etc., en fin, todo aquello que nos permita conocernos en una etapa de nuestra vida profesional.
Habitualmente se suele hablar de práctica identificándola sólo con “lo que se hace”. En elcaso de la enseñanza, y según esta concepción, la práctica educativa se identificaría sólo con lo que hacen los profesores en las aulas con sus alumnos. Esta idea, bastante restrictiva y simplificadora de la realidad, se utiliza más de lo habitual como mecanismo justificativo de determinadas posiciones del tipo: “Eso no es útil para la práctica”; “eso no se puede llevar a la práctica”; “esdemasiado teórico”, etc. Desde esta perspectiva se olvida una dimensión que, para nosotros tiene vital importancia, y que puede parecer bastante simple, en principio, y es que toda práctica obedece a una teoría. Así enunciada la cuestión estamos casi todos de acuerdo ¿no?, pero ¿qué implicaciones tiene tenerla en cuenta cuando nos estamos planteando la posible transformación, el cambio, laevolución de determinadas prácticas educativas?
En primer lugar, afirmaríamos que la práctica no es sólo “lo que se ve”, sino, y también, lo que hay detrás de lo que se ve, o lo que es lo mismo, que nuestros actos como profesionales están guiados y justificados por un conjunto de ideas, creencias, concepciones, etc., del tipo: “o los alumnos hay que formarlos para...”; “hay que trabajar estoscontenidos porque...”; “la mejor manera de enseñar es...”; “el tiempo y el espacio lo organizo así porque...”; “conocer consiste en...”; “la escuela debe servir para”.
Por tanto, cambiar o transformar la práctica no es sólo cambiar la forma de hacer las cosas, sino fundamentalmente cambiar nuestras ideas, nuestras creencias y concepciones sobre “por qué”; “qué” y “cómo” conducirnos comoprofesionales, lo cual va a llevar inevitablemente a un cambio, una evolución, en nuestras conductas, si esto se hace de manera consciente y rigurosa.
En nuestra experiencia un recurso que se ha revelado como un instrumento nucleador de los procesos de investigación es el diario del profesor; a partir de su elaboración, y mediante su análisis y discusión colectiva, se han desarrollado experiencias que hanpropiciado y favorecido tanto la reflexión como el cambio de las ideas y las prácticas de los profesores que hemos participado. El diario es un instrumento que permite interrogar y desentrañar el sentido de la realidad, constituyéndose testigo de la experiencia docente. Asimismo es un instrumento muy poderoso que rescata la experiencia y voz de los involucrados, además de rescatar más aspectos dela vida y práctica de las personas, al sentirse libres de escribir su experiencia en él.
El hecho de llevar un Diario de nuestra experiencia docente, implica poner en práctica un método de desarrollo profesional permanente, y como tal, un proceso donde podemos resaltar momentos y fases relativamente diferentes.
En un primer momento el diario ha de propiciar, fundamentalmente, el desarrollo dela capacidad de descripción de la dinámica del aula, podemos comenzar simplemente registrando aquellas impresiones que se nos quedan después de terminar, o en el intervalo de una jornada. Eso que recordamos cuando volvemos a casa, o cuando conducimos todavía con el reflejo en la memoria de las situaciones vividas en clase recientemente.
En un diario, además de que la escritura sea punto...
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