Kkkkkk
¿Ser normal y estar vivo a la vez?
Si la fuerza es contagiosa, la debilidad no lo es menos: tiene sus atractivos; no es fácil resistírsele. Cuando los débiles son legión, nos encantan,nos aplastan: ¿cómo luchar contra un continente de individuos abúlicos y glaciales? Nada más dulce que arrastrarse al margen de los acontecimientos; y nada más razonable. Pero sin una fuerte dosisde demencia, no hay iniciativa alguna ni empresa, ni gesto. La razón: herrumbre de nuestra vitalidad. Es el loco que hay en nosotros el que nos obliga a la aventura; si nos abandona, estamos perdidos:todo depende de él, incluso nuestra vida vegetativa; es él quien nos invita a respirar, quien nos fuerza a ello, y es también él quien empuja a la sangre a pasearse por nuestras venas. ¡Si se retira,nos quedamos solos! No se puede ser normal y estar vivo a la vez. Si me mantengo en posición vertical y me dispongo a ocupar el instante venidero, si, en suma, concibo un futuro, es a causa de unafortunado desarreglo de mi espíritu.
Subsisto y actúo en la medida en que desvarío, en que llevo bien mis divagaciones. En cuanto me vuelvo sensato, todo me intimida: me deslizo hacia la ausencia,hacia manantiales que no se dignan fluir, hacia esa postración que la vida debió conocer antes de concebir el movimiento, accedo a fuerza de cobardía al fondo de las cosas, completamente arrinconado haciaun abismo en el que nada puedo hacer, ya que me aísla del futuro. Un individuo, tal como un pueblo o un continente, se extingue cuando le repugnan los designios y los actos irreflexivos, cuando, enlugar de arriesgarse y precipitarse hacia el abismo, se refugia, retrocede a él.
En lo más íntimo de los individuos, como de las colectividades, habita una energía destructora que les permitedesplomarse con cierto brío; ¡exaltación ácida, euforia del aniquilamiento! Entregándose a él, esperan, sin duda, curarse de esa enfermedad que es la conciencia. De hecho, todo estado consciente nos...
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