kleist heinrich von narraciones 1
Narraciones
Contiene:
Michael Kohlhaas
El terremoto en Chile
La mendiga de Locarno
La Marquesa de O…
Santa Cecilia o el poder de la música
Los esponsales de Santo Domingo
El adoptado
El duelo
Sobre la paulatina elaboración del pensamiento a medida que se habla
(ensayo)
INTRODUCCION
El 22 de noviembre de 1811, a orillas de un pequeño lago situado entre
Berlín y Potsdam,Heinrich von Kleist mató de un disparo en el pecho a su
amiga Henriette Vogel y, tras cargar nuevamente la pistola, se suicidó de un
tiro en la boca. La doble muerte había sido acordada y planeada por ambos,
y, según parece, la iniciativa había partido de Henriette Vogel.
El suceso provocó lógicamente un enorme impacto en la opinión pública y
dio ocasión a diversas reflexiones sentimentales omoralizantes por parte de
una prensa ávida de escándalos. Desde los primeros momentos circularon
versiones diferentes sobre las causas de lo acaecido —locura de Kleist,
enfermedad incurable de Vogel, deseo de unión mística en un mundo mejor,
lectura de Las afinidades electivas de Goethe, etc.— y sobre la relación,
pura o menos pura, existente entre sus protagonistas.
Heinrich von Kleist adquirió tras sumuerte, y en virtud de ésta, una
celebridad que jamás había conocido en vida por su labor de creación
literaria. Ni siquiera su círculo familiar le reconocía como poeta y tan sólo un
escaso número de contemporáneos encontraba en él un cierto talento
artístico. El público en general, si es que conocía sus dramas y relatos,
reaccionaba con incomprensión ante unas obras que no respondían a las
normasliterarias convencionales, y no faltaban quienes las calificaran de
«verdadero disparate» o «enajenación mental».
Esta situación tampoco experimentó grandes cambios como consecuencia
del suicidio, pues durante largo tiempo el principal interés se concentró en la
persona de Kleist, casi como si se tratara de un personaje literario, mientras
el conjunto de su obra no obtenía atención especial.Madame de Staël, por
ejemplo, autora de De l’Allemagne (De Alemania), libro capital en el que dio
a conocer en Francia las ideas del romanticismo alemán, había colaborado
en Phöbus, la revista editada por Kleist en Dresde, y éste había escrito
posteriormente sobre ella en su periódico berlinés Berliner Abendblätter. Sin
embargo, Kleist no es ni mencionado como autor en De Alemania (1810),
mientras queen Réflexions sur le suicide (Reflexiones sobre el suicidio),
escritas en 1812 «con ocasión del increíble suicidio de Berlín», Mme. de
Staël no vacila en exponer consideraciones del siguiente tenor: «¿No tiene...
este hombre, pregunto yo, la actitud de un escritor carente de genio, que
quiere producir con una verdadera tragedia los efectos que no alcanzó en la
poesía?».
Tanto la condena delsuicidio, por las razones que fuere, como los intentos
de glorificarlo, sublimarlo o convertirlo en un acto heroico, han cerrado el
paso a un enjuiciamiento ecuánime del autor y su obra. El hecho irrevocable
y definitivo del suicidio ha proyectado su larga sombra sobre cualquier
reconstrucción de la vida de Kleist, pero de manera especial sobre aquellas
que, ya desde muy pronto, han tendido a explicarlo incomprensible
partiendo de defectos o disfunciones individuales del autor. Para ello se ha
recurrido a la locura, se han sobrevalorado testimonios sobre presuntas
tendencias suicidas, o se han supuesto crisis existenciales donde faltaban
datos de su biografía. Estas reconstrucciones, mayoritarias en los estudios
literarios casi hasta la actualidad, han dado lugar a su vez al llamado mitoKleist, un mito polivalente, también desde el punto de vista ideológico, y que
sólo se sostiene en la medida en que se hace un uso selectivo y unilateral de
sus textos.
Para acceder a la «verdad biográfica» de Kleist, suponiendo que una
empresa así fuese en cualquier caso realizable, nos faltan medios. Lo único
que tenemos son los textos, sus obras, sus cartas. Biografía y textos
comparten el mismo...
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