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El cambio climático es una realidad. No es una fantasía de ecologistas mimosos,
inconformistas y prepotentes que se quieren hacer notar como defensoresde la
naturaleza, según algunos pensaban erróneamente. Son ya informes elaborados por
científicos que han tardado 30 años en reaccionar ante una evidencia clara y que ya lo
denunciaban losfamosos ecologistas. Ante todo este cúmulo de información y debido al
poco tiempo que nos queda para paliar en la medida de lo posible el golpe que se nos
viene encima por nuestra irresponsabilidad enla conservación del medio ambiente, los
políticos deberían reaccionar de manera fulminante, sin esperar a elecciones, sin miedo
a tomar medidas serias y contundentes, ante esta catástrofe.
Losque hemos estado luchando y denunciando durante años, las políticas
agresoras contra el medio ambiente, lo hacíamos convencidos en que estábamos
defendiendo los derechos de las generaciones futurasa encontrarse con una Tierra
limpia, cuidada y próspera. Si en algo nos hemos equivocado, ha sido precisamente en
esto, en el tiempo que teníamos para rectificar. Hoy, ahora, ya no tenemos queluchar
por esas generaciones que vendrán, sino por la estabilidad y el bienestar de nuestros
hijos que sufrirán en primera línea las consecuencias de la dejadez de nuestra
generación.
El cambioclimático es un hecho y lo estamos sufriendo ya. Pero no podemos
quedarnos quietos viendo como llegan los cambios drásticos de la naturaleza. Debemos Pedro Pozas Terrados
tener suficiente capacidadhumana para reaccionar e intentar vendar las heridas de
nuestro planeta, aunque sus heridas ya florezcan y nos alcancen.
Debería ser a nivel mundial. Pero de forma local, los responsables de losayuntamientos, deberían estar pensando ya en un plan de choque contra ese monstruo
que cada año nos deparará nuevas sorpresas. No pueden quedarse con los brazos
cruzados, esperando lo que...
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