Kryptonita Leonardo Oyola
madrugada. En la guardia del
Hospital Paroissien de
Isidro
Casanova ingresa herido de muerte
Nafta Súper,líder de una banda
criminal de la zona. Sus compañeros
les exigen a los médicos que le
salven la vida, mientras se
atrincheran esperando la llegada de
la policía. En medio de las
negociaciones y antes del inminente
tiroteo, el doctor que atiende a NaftaSúper descubre que no se trata de
un hombre común.
Título original: Kryptonita
Leonardo Oyola, 2011
Diseño de cubierta: SoporAeternus
Editor digital: SoporAeternus
ePub base r1.2
Esta es para mi mamá.
Porque, como Christopher
Reeve,
me hizo creer que podíamos
volar.
Pá, ¿qué son las estrellas?
Julián López, BIENAMADO
Todos queremos volver a ser
chicos.
LA PANDILLA SALVAJE
Sam Peckinpah, EE.UU.,
1969
I
Un corazón ya sin fuego
Abandonado en una calle de tierra
Obitó.
Parece japonés.
Obitó.
Hasta suena gracioso. Y es todo lo
contrario.
Obitó.
Cinco letras. Una palabra. Una
acción terminal para pronunciar la peor
noticia que puedan llegar a recibir.
Obitó.
Verbo en pasado perfecto. Excelente
definición de lo que fue una vida. Algo
pasado. Algo único. No importa si fue
una vida buena omala. Fue algo único
porque existió. Y ahora ya no más
porque…
Obitó.
Cuando pronunciamos la palabra
obitó lo que les intentamos decir es que
su ser querido, esa persona por la que
ustedes lamentablemente nos conocieron
bajo esta circunstancia particular,
falleció.
Está muerta.
Obitó.
Obitó es una palabra, un verbo, que
jamás se pronuncia en una clínica
privada. Porque donde hay dinero de
pormedio es otro el procedimiento.
Porque si se paga es para recibir algo
diferente. Algo mejor. En teoría. La
práctica igual avala. Pero podrían
recibir algo mejor. El consuelo de tontos
es que peor están los que no tienen obra
social. Y esa es una verdad irrefutable.
Les comentaba que en una clínica
privada a los familiares nunca se les
dice obitó. Se los hace ir a esperar a una
sala especialmentepreparada para esta
situación. Una habitación generosa en
espacio. Paredes y techo pintados de
blanco. Una habitación impecable.
Inmaculada. Solo con un sofá enorme.
Pesado. Un único sofá que invita a
sentarse en el sí o sí. No hay sillas. No
hay mesas ni mesitas. No hay flores
porque no hay floreros. Tampoco
cuadros. No hay nada más que ese sofá
enorme donde suelen esperar apretados
losfamiliares. No hay nada más que ese
sofá y música. Música clásica que sale
de parlantes ocultos. Música clásica o
algún tema de Vangelis.
Si alguna vez a ustedes los hacen
pasar a un lugar así, prepárense. Sean
conscientes de lo que sigue. Porque esas
paredes y techos blancos impecables e
inmaculados, ese sillón enorme y la
música clásica o el tema de Vangelis
sonando por los parlantes les están
diciendoque la persona por la que están
ustedes ahí falleció.
Antes les vamos a dar la mano. Un
apretón firme. Seguro. Nos vamos a
presentar. Les vamos a decir nuestro
nombre inmediatamente después de
aclararles que somos personal médico
de esa institución, de esa prestigiosa
clínica de la cual nos sentimos honrados
de formar parte.
Y, haciendo un alarde de ademanes y
en ocasiones entrelazando los dedoso
uniendo solo las yemas, les vamos a
enumerar que aun en un centro médico
como ese, a pesar de haber hecho todo
lo correcto en el procedimiento llevado
a cabo, dado el cuadro del paciente, y
que incluso disponiendo de los
elementos más idóneos y modernos, el
cuerpo de la persona por la que ustedes
están ahí presentes no resistió. Que el
cuerpo de su ser querido fue el que no
aguantó. Aunquenosotros hicimos todo
lo humanamente posible para salvarlo.
Pese
a
nuestros
extraordinarios
esfuerzos. Y más.
Vamos a dejar que lloren sobre
nuestros hombros. Incluso nosotros
mismos nos vamos a permitir palmear
sus espaldas y si consideráramos que
hace falta hasta abrazarlos. Sí, somos
profesionales. Pero antes que nada
somos seres humanos. Si se ponen
violentos y empiezan a gritar solo vamos
a...
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