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ddia, firmé un decreto derogando la pragmática sanción de 29 de
marzo de 1830, decretada por mi augusto padre a petición delas cortes de
1789, para restablecer la sucesión regular en la corona de España. […] Hombres desleales o
ilusos cercaron mi lecho, y abusando de mi amor y del de mi muy cara Esposa a los
españoles,aumentaron su aflicción y la amargura de mi estado, asegurando que el reino
entero estaba contra la observancia de la pragmática, y ponderando los torrentes de sangre y
la desolación universal quehabría de producir si no quedaba derogada. […].
Instruido ahora de la falsedad con que se calumnió la lealtad de mis amados españoles,
fieles siempre a la descendencia de sus reyes; bien persuadidode que no está en mi poder,
ni en mis deseos derogar la inmemorial costumbre de la sucesión, establecida por los siglos,
sancionada por la ley, afianzada por las ilustres heroínas que me precedieronen el trono;
[…]; DECLARO solemnemente de plena voluntad ydsn sdjkfnesd c
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el Rey imponer por sí, directamente ni indirectamente, contribuciones
[…].
Art. 339. Las contribuciones serepartirán entre todos los españoles con proporción a sus
facultades, sin excepción ni privilegio alguno.
4. El Manifiesto de los Persas.
“Manifiesto
Que al Señor Don Fernando VII hacen en 12 deabril del año de 1814 los
que suscriben como diputados en las actuales Cortes ordinarias […].
SEÑOR:
Art. 1. Era costumbre en los antiguos Persas pasar cinco días en anarquía después delfallecimiento de su Rey, a fin de que la experiencia de los asesinatos, robos y otras
desgracias les obligase a ser más fieles a su sucesor. Para serlo España a V. M. no
necesitaba igual ensayo en los seisaños de su cautividad, del número de los Españoles
que se complacen al ver restituido a V. M. al trono de sus mayores, son los que firman
esta reverente exposición con el carácter de representantes...
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