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domingo, diciembre 05, 2004
Jean-Baptiste Grenouille en el laberinto de su propia alma
"Me siento solo muy a menudo, ¿sabe? Estoy casi siempre solo en casa, cuando no hay representación; pongo un par de discos y ensayo de vez en cuando, pero sin ilusión, siempre es lo mismo". Así comienza la primera novela de Patrick Süskind, “El Contrabajo” (1) mientras va desarrollandomediante un extenso monólogo teatral, el autoanálisis de la interioridad de aquél extraño músico que decide aislarse del mundo y genera al mismo tiempo, la seductora expresión de fetichismo entre la música, el instrumento y su interprete y que muy pronto pasará a Jean-Baptiste Grenouille, que según nos dicen vivió por allá en el siglo XVIII y que su don era ese agudo olfato que le llevó a ser undepredador de depredadores y le perdió par siempre en el mundo atípico de los asesinos.
Süskind, como muchos otros (Hesse, Sartre, Dostoivsky, etc.), ha empezado su carrera como escritor girando al rededor del monólogo interno; ese gran juicio a si mismo y la sociedad desde la ventana propia del ser que se estira entre las sombras del ayer hacia un futuro incierto.

Pero en “El perfume”, que esuna novela de un poco más de 250 páginas, se cuenta la historia de un tal Grenouille, un francés del siglo XVIII, desde su grotesco nacimiento en el mercado público entre cabezas de pescado y la miseria típicas de la Francia Realista, pasando por un convento que lo acoge recién nacido, hasta su momento cumbre en que se dedica a asesinar jóvenes que además de pertenecer al bello sexo, son vírgenes.Por ese entonces ya se ha convertido en un famoso perfumista que no deja sus seductoras huellas en la piel de la historia, ni siquiera por una nariz. Sólo en el efímero mundo de los olores existe para morir en él mismo trágicamente, ya cansado de existir, por gusto propio.

Para Grenouille, su don es al mismo esa obsesión que le domina las entrañas desde muy pequeño y por la misma que esseñalado por sus iguales y al mismo tiempo totalmente temido; su meta no es ser el perfumista más famoso del mundo, con solamente él saber que es el mejor le basta, sino su misión en la corta vida que le atosiga de martirios y soledad, es elaborar la fragancia más perfecta de todas y para ello, su mente enferma planea y lleva a cabo 25 asesinatos.
Extraordinariamente documentada (El Perfume), gracias aella, el lector termina aprendiendo mucho de perfumes, aromas y fragancias, lo que en últimas, lleva al ingenuo a dudar de si Süskind, nos está contando una historia que verdaderamente ocurrió.
Los detalles de época son sumamente delicados y hasta rayan en lo meticuloso de las investigaciones históricas y según aseguran los sabios de las letras, nunca yerra.

Pero lo cierto es que la atmósferade aromas se funde con la de asesinato, y produce momentos de atracción superior en la seducción del mal y en la perfección de si mismo (en el psicópata o asesino en serie) y la forma en que un asesino va poco a poco perfeccionando sus métodos hasta terminar siendo en percepción propia como prácticamente invencible; total, a cualquiera afectarán sus terribles actos y a pesar del esfuerzo deSüskind, por presentar a Grenouille como un monstruo de siete suelas, es imposible dejar de ver en él a un buen hombre que vive en el mundo de un demente.
El desarrollo se sigue en todo momento con interés porque, en definitiva, es una novela de policíaca, una novela de suspensos sin policías o autopsias, en la que el destino de Grenouille, es a fin a la intencionalidad del lector.
No así, hemos dedecir que Süskind, genera una atmósfera en que el homicidio es cruelmente justificado por la ambición de la perfección en el asesino que a la final, conoce el límite en el asco que siente por aquella misma sociedad que le aborrece pero al mismo tiempo le adora.
Grenouille, como un cultivador de su obsesión y amor a la soledad, como en un paréntesis de su existencia vive en una caverna, donde...