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Manongo Mujica vive, toca, siente, escucha, intuye y descubre la música. Emprende un viaje en cada contacto con el sonido y el silencio, se convierte en un conductor entre su música interior y el instrumento de percusión que elija.
Ya en su sexta década, ha acumulado distintos estilos e influencias que marcan un género que sólo se entiende mientras se escucha.
Imágenes de un camino andino, delespíritu tribal de los andes bailando a saltos.
- ¿Quieres una tacita de té? ¿O una de café? – pregunta Manongo con una taza de té en la mano.
La elección parecía definir un poco el estilo de la visita que haría. Eran las seis de la tarde, así que acordamos el modo londinense. Pidió la taza de té balanceándose en su mecedora de bambú. Cualquier elemento de su sala se convertía en uninstrumento alrededor de Manongo. El bambú emitía sonidos rítmicos y casi hipnóticos cada vez que tropezaba con la laja roja del suelo. Es que Manongo Mujica aprovecha todo sonido para hacer música y todo silencio para escucharlo, o al menos eso proyectaba el ritmo casi selvático de su silla. Su barba y su pelo largo, con los que probablemente salió del vientre, parecían bailar al compás del bambú. De nocomenzar a hablar, él hubiera empezado a tocar y armar un viaje espontáneo. Sonrió y esperó a la primera pregunta mientras cruzaba la pierna derecha y dejaba al descubierto unas zapatillas ‘All Star’ rojas.

Sus modos ingleses, que se explican en el exacto y tal vez no tan casual té de las seis, los adquirió seguramente en los diez años que vivió en Londres, a donde fue luego de la muerte de supadre para fijar sus rumbos musicales. Tenía veintiséis años y las puertas del mundo abiertas a sus oídos y a sus ansias de experimentar.

- Me conecté con las tendencias de vanguardia que se daban en esa época. En los años sesenta había una total ruptura y creatividad en la búsqueda de nuevos idiomas musicales.

En Londres su idioma fue el jazz, la música que todo su sistema auditivo absorbióy le presentó facetas musicales en las que deseó incursionar. Las enormes posibilidades de improvisación, fusión, experimentación y manipulación que ofrecía y ofrece un género tan vasto como el jazz, activaron inmediatamente su deseo creativo y tal vez esos conciertos que parecen rondar constantemente en su mirada y en esa barba tan gris como el cielo más invernal de Lima (o de Londres). Su buenasuerte o tal vez su ingenio al moverse en la esfera musical inglesa hicieron posible, además de envolverse y aprender rápidamente nuevos estilos y tendencias musicales, que tuviera la oportunidad de compartir el estudio con la extremadamente admirada banda inglesa “Pink Floyd”: un honor para aquellos que saben apreciar el estilo único de este grupo de rock progresivo, experimental y psicodélico.Con una base envidiable en la más abstracta improvisación en la percusión, Manongo regresó a Perú ya como un hombre, y más, como un músico. Al llegar se encontró con la música peruana, con todos sus matizes, mezclas y diferentes propuestas que a él lo transportaba a la naturaleza. “Manongo quedó alucinado con la música peruana y sus instrumentos…descubrió una nueva forma de hacer música”,comenta Marisa Mujica de Pope, hermana muy cercana de Manongo. Ella lo acompañó un tiempo en Londres y ahora lo acompaña viviendo a unos escasos metros de él. “El bagaje musical que traía se había desarrollado en la vanguardia de los años sesenta en Europa”. El interés por el Perú antiguo, su arte e historia es algo que corre por los genes perceptivos de esta familia. Marisa acaba de publicar el libro‘Perú, 10,000 años de pintura’, una compilación exhaustiva del desarrollo de la pintura peruana desde las manifestaciones preincaicas hasta hoy. Es pues la misma preocupación de su hermano: recuperar la cosmovisión andina de aquellas épocas, extirparle e identificar el elemento occidental para lograr un vistazo a lo perdido y su trascendencia en las influencias que occidente introdujo a un...