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Memoria y recuerdo en la obra de Walter Benjamin

Mirar, inquietar el pasado: un acto cognitivo sobre el presente
 

 
 Coleccionar es una forma de recordar mediante la praxis y, de entre las manifestaciones profanas de la “cercanía”, la más concluyente. Por tanto, en cierto modo, el más pequeño acto de reflexión política hace época en el comercio de antigüedades.
Walter Benjamin
¿Qué esel pasado? ¿Cuál es su forma? ¿Cómo se recupera? ¿Por qué volvemos a mirar sobre el tiempo que nos precede? ¿Cuáles son los modos de mirar y reflexionar sobre el pasado? ¿Cuáles las formas del recuerdo y la memoria? Memoria, imagen, percepción, historia resuenan en estas preguntas, elementos que sin duda plantean problemas que son constitutivos a la historia del arte.
En un contexto en que losdebates sobre el tema tratado se han pronunciado entre problemas de un mayor o menor olvido, de una mayor o menor memoria (como Ricouer menciona), este trabajo se dirige a reflexionar, a través de la obra de Walter Benjamin, sobre cómo el problema del pasado reside más que en la cantidad abarcable o comunicable de un contenido, en un problema de representación y percepción.
Hacia el siglo XIXtermina de conformarse una forma de percepción moldeada de acuerdo a criterios de modernización y racionalización que inciden en la formación de una subjetividad productiva y controlable (Crary, 2008). Esto fue percibido por Benjamin quien entendía estas modificaciones como un vínculo cada vez más desafectado del individuo con la historia. De acuerdo con esto, consideraba que el avance del criteriomercantil imponía el consumo sobre la capacidad de experiencia, lo que de otro modo entendía como el acto de reflexión política. Susan Buck-Mors explica cómo su gran proyecto de los pasajes se erigía entonces como un proyecto de educación materialista dirigido a revertir esta situación, las elecciones formales bajo las que se desarrollaba su investigación pretendían entonces despertar al sujeto desu estado de ensoñación. Por ello Benjamin selecciona sus objetos de estudio privilegiados entre aquellos elementos que poseían una carga anacrónica y displicente con las nuevas temporalidades y modalidades de percepción que imponían el vertiginoso proceso de industrialización. El coleccionista, el flâneur o los mismos pasajes constituyen así desvíos de la mirada, anacronías capaces de restaurarposibilidad de experiencia/acción en relación al suceder de la historia.
 
En el marco de esta preocupación, que recorre toda la obra del autor, reconocemos una tensión entre los conceptos de recuerdo y memoria. Esta tensión aparece desarrollada en sus diferentes escritos de modo disperso, será propósito de este trabajo una primera sistematización y reflexión sobre esta dualidad conceptual para deeste modo aproximarnos a la comprensión de los problemas en torno a los distintos modos de representación que subyacen en la discusión en torno a la memoria. En relación a esta oposición de conceptos nos interesa particularmente el valor otorgado a la dimensión del objeto y la experiencia en relación al sujeto que recuerda. Esta tensión provee un marco teórico desde donde repensar los debates entorno a la construcción sobre la memoria que tanto han ofuscado a Occidente desde la década del 80 (1). 
Nuestra hipótesis de lectura comprende que la oposición entre memoria y recuerdo puede traducirse en una tensión entre: por un lado, una repetición conmemorativa y consensuada cercana a cierta voluntad historicista; y, por otro, la construcción de un pasado en el límite entre lo individual ylo colectivo que se presenta como interrupción de la continuidad histórica. 
A los fines de ordenar el trabajo dividimos la argumentación en tres apartados, en el primero de ellos, nos avocamos a definir la diferencia entre memoria y recuerdo y sus implicancias en relación al modo de comprender la historia; en el segundo, indagamos en los vínculos entre el coleccionar y la materialidad del...