Lévêque, pierre la aventura griega. editorial labor. barcelona. 1968. p.p. 625 libro ii creaciones del helenismo arcaico capítulo ii evolución de las ciudades (p.p. 109 a 134)

Páginas: 42 (10316 palabras) Publicado: 8 de diciembre de 2011
Había reinado tal confusión durante las «edades sombrías», que los griegos habían olvidado incluso el nombre con el que eran desig¬nados. En el siglo VII asistimos a la aparición de un nuevo vocablo, que se aplica a todos los griegos, sin distinción de etnias: el de he¬lenos. Las primeras manifestaciones las encontramos en Arquíloco, el cual habla de panhelenos (todos los griegos), y en unainterpolación de la Ilíada, que debe de ser contemporánea; por otra parte, desde finales del siglo VII se mencionan en Olimpia los Helanódices (jueces de los griegos).
Este nombre es antiguo, puesto que consta ya en una parte primitiva de la Ilíada, si bien referido a los habitantes de una pequeña región de Tesalia, vecino de la Acaya Ftiótida, que se encontraba bajo la dependencia de Aquiles.
En untexto bastante reciente de la Teleniaquia (Odisea, 15, 9-42), la Hélade designa probablemente el norte del Peloponeso, lo que será más tarde la Acaya; este cambio de un sentido a Otro podría explicarse por las migraciones de aqueos proce¬dentes de la Acaya Ftiótida al Peloponeso Septentrional.
Más tarde se encuentra el nombre de Hélade en la curiosa expresión Magna Hélade (la Magna Grecia de losromanos), es decir, la parte sur de Italia donde se hablan instalado tantas prósperas colonias griegas, especialmente aqueas. Los indígenas del país vecino que no distinguían bien las diferentes razas, habrían denominado helenos no sólo a los colonos aqueos, sino a todos los griegos de Italia. Y los mismos griegos habrían aceptado esta designación, que aplicaron a los griegos de Grecia y deAnatolia. Ésta sería la complicada historia de un nombre que el azar de las migraciones habría ido extendiendo desde la limitadísima área que tenía al principio, hasta todos aquellos que, siguiendo el ejemplo de los romanos, nosotros llamamos griegos.
Otro indicio de esta conciencia de la unidad helénica, aparecido en Grecia desde principios del arcaísmo: la creación, a finales del siglo VIII, de eseárbol genealógico que atribuye a Heleno tres hijos: Doros, Eolos y Xutos, este último, padre de Aqueo y de Ion. Dorios, eolios, aqueos y jonios se sienten hermanos y traducen esta realidad en la ficción de un antepasado común.
De hecho, la unidad del helenismo arcaico es una realidad, y, sin pecar de arbitrarios, podemos intentar distinguir sus rasgos esen¬ciales, desde el doble punto de vista dela evolución de las ciudades y de las creaciones espirituales. Sin embargo, encierra una diversidad fundamental, motivada por la diversidad de población y por la insta¬lación geográfica de las conquistas, por lo cual deberemos estudiar las distintas formas locales que revistió.
1. DE LA MONARQUIA A LA ARISTOCRACIA
La monarquía
Parece ser que la primera forma de gobierno fue en todas partes lamonarquía. El rey (basileus) dirigía la ciudad, conducía el ejército, juzgaba en materia civil (la justicia criminal estaba reservada, al pa¬recer, a la venganza de los clanes), ofrecía los sacrificios públicos. Su autoridad se basa, a la vez, en la nobleza de sus orígenes, siempre con¬siderados divinos, y en la riqueza que saca de la explotación de sus propios dominios y del té menos, recibido dela comunidad a título de donación. Pero su poder dista mucho de ser absoluto: está asistido por un consejo, integrado por los jefes de las familias nobles, con el cual está obligado a transigir. Si, en la Ilíada, el rey se parece mucho al wanax de la época micénica, la realeza de la Odisea da ya la impre¬sión de que se trata de una institución nueva, cuya misión es la de moderar la presencia de unapoderosa aristocracia.
Estos nobles son, en esencia, grandes terratenientes que acapararon los campos más fértiles. Su condición social y moral se halla tan pró¬xima a la del rey, que Hesiodo puede llamarles reyes. Critica el orgullo insolente y la rapacidad de estos «reyes devoradores de regalos» (Tra¬bajos, 264), que se proclaman a si mismos los mejores (aristoi).
En un nivel inferior se...
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