La Abogacia
La Abogacía
La abogacía, antes de ser una profesión, fue una actividadseñera, señoril. Al margen de lo que el humor y la crítica de generaciones de literatos ha podido acuñar en su contra; al margen de lo que el sentimiento popular ha producido en refraneros plurilingües,una realidad histórica y social sobrenada y emerge: la abogacía como defensa de personas, derechos, bienes e intereses. Nació en el III milenio a. de J.C. en Sumeria. Fue en defensa de una mujergravemente acusada.
Esta ya en el antiquísimo Código de Manú. Según él, sabios en las leyes podían ilustrar – sin estipendio alguno – a quien le hubiere menester, para sostener su alegación, por si o porotro, ante autoridades y tribunales.
El antiguo testamento recoge idéntica tradición entre los hebreos. Y la hubo en Egipto, donde era necesario un defensor cuando llevadas las leyes a forma escritase prohibieron las alegaciones oratorias, para que las artes sausorias del defensor, en usos retóricos y hasta patéticos y gestuales, no pudieran influir en los jueces.
En ninguno de los tres casosera aun una profesión, sino una actividad social que constituía honor e influencia, pero no conllevaba remuneración o sustento habitual de la vida. Esta tradición de algún modo paso a Gracia y deGrecia a Roma.
En Grecia fue actividad de ciudadanos libres y selectos. En roma, de patricios ricos y poderosos. Los griegos, sobre todo desde Pericles, conocieron en el Areópago la presidencia de losoradores que alegaban la defensa de sus clientes o las razones legales de sus intereses. Por una reforma, desde Antifón, sustituyeron más tarde su presencia personal por la redacción escrita de los...
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