La acción directa y las huelgas especiales

1. La acción directa del trabajo

Como expresión basilar de la integración obrera frente a los retos del industrialismo, el entorno liberal decimonónico y el crecimiento cualitativo y cuantitativo del trabajo, florece la acción directa para contener la explotación y el transpersonalismo material que agotaba la riqueza productiva y la dignidad humana de millares de familias proletarias, al gradode sustituir, siempre con jornales de hambre, pero a mucho menos costo que el trabajo de los hombres, el de las mujeres y los niños contemplados dentro del mercado abierto, como medias fuerzas de trabajo.

El desamparo social y después la iniquidad de utilizar los servicios de trabajadores y sus hijos, niños por lo general, en jornadas extenuantes, con ausencia de higiene y protección, amén decondiciones infames para laborar en trabajos desgastantes como el de las minas de carbón, no sólo determinaron la creación clandestina de grupos obreros para presionar a las empresas y comprometer al gobierno del Estado para procurar un sistema más justo, sino para conspirar y organizar los primeros sindicatos. Los conocidos excesos del liberalismo a ultranza y el auge del maquinismo, amén de lacompetencia mercantil, precipitaron la resistencia proletaria para demandar, primero, la tolerancia de las organizaciones profesionales obreras, con sus dos formas de acción fundamentales: la negociación profesional o vía civilizada y la huelga, medida violenta, para más adelante proveer a la promulgación de un sistema de derecho del trabajo.

Se presentaron así, diversificadas estrategias demovilización, que en ocasiones espontáneamente y en otras bajo un esquema táctico completo, bajo la supervisión de intelectuales y asesores ideológicos, enfrentaron el poder del capital para domeñar su prepotencia y plegarlo a los reclamos de la justicia social. Se articularon así programas para exigir, dentro del marco inmediato, el cumplimiento cabal de los derechos laborales, frente a laarbitrariedad de las empresas, pero también, obviamente, plataformas de reivindicación no tan sólo para remediar los estragos sufridos, sino como instrumento para mejorar los niveles de vida y de trabajo.

La huelga se conformó ya no como un acto delictivo que ponía en predicamento la estabilidad y el concierto económico, sino como un derecho universal de los trabajadores para conseguir su autotutela ypromover sus intereses, laborales en principio, pero con frecuencia ajenos a la reivindicación profesional, tal como ocurrió y aún sucede con las movilizaciones proletarias para enfrentar al Estado y a los grupos de poder. Mas como contrapartida, del derecho reivindicatorio por antonomasia del trabajo coaligado, contrastó la existencia del paro como expresión de la fuerza y la inercia de laactividad de los patrones.

Dentro del sistema nuestro, cabe ponderar que esta figura no cuenta actualmente con los efectos paralelos de la huelga, ya que el paro se entiende excepcional y se reduce tan sólo a la suspensión autorizada del trabajo, por iniciativa del patrón, ante el supuesto concreto del exceso de la producción que pudiera poner en peligro la existencia de la fuente de trabajo, mismaque habrá de reabrirse, una vez que terminara tal tipo de contingencia. Se explica, por consiguiente, como un procedimiento técnico que debe de someterse al arbitraje y resolución de los tribunales del trabajo, juntas competentes de Conciliación y Arbitraje, carácter que lo limita y aparta de manera sustancial de la función prototipo de defensa y autopromoción profesional. En supuestos diferentes,pero siempre vinculados a la problemática de la interrupción de las labores, no es procedente el lock-out, que merced al espíritu y sistema del derecho mexicano, ha de entenderse, sin duda, como un acto contrario a la ley que violenta la seguridad y el orden. Ha menester precisar que dentro de la experiencia sindical, esta figura por lo regular no se presenta como manifestación de fuerza que...