La administración pública porfirista
Las instituciones porfiristas ofrecen dos aspectos dignos de estudio: la decoración y su interior. La decoración era, en sentido jacobino, la de “el gobiernoidealmente perfecto”: una República democrática, representativa, federal, con sufragio universal. Su interior, algo muy parecido a una monarquía absoluta. Cuidadoso de la decoración, el general Díaz noomitió nunca las elecciones y procuró derivar de la Ley –reformándola si era menester- las facultades que necesitaba para su poder absoluto: así, provisto de facultades extraordinarias, invadía lasatribuciones de los otros Poderes Federales; mediante el Senado, intervenía en los Estados o anulaba los proyectos de Ley “inconvenientes (v. gr.: el de la inamovilidad de los Ministros de la Corte, eldel divorcio y el de la libertad de profesiones); y con las reformas de los artículos 7 (15 de mayo 1883) y 5 (10 jun. 1898) de la Constitución, coartó los derechos individuales a la liberta deprensa y a resistirse a las levas. El interior de las instituciones lo revela sobre todo el sistema electoral, que transformó en empleados del Presidente a los que ejercían los Poderes de la Unión y de losEstados. El sistema electoral, mientras hubo partidos políticos, no difirió de lo que había sido en tiempos de Juárez o de Lerdo: una violación del sufragio. Después –desde 1884- fue una ficción delsufragio. El presidente auscultaba la opinión de las personas que creía debía tomar en cuenta –entre las cuales estaba también el Arzobispo de México- y recibidas muchas cartas de los solicitantes,hacía las listas de senadores, diputados, gobernadores y altos jueces, que iban a “ser favorecidos con el voto popular”: usual e influyente intermediario entre los candidatos y el presidente, era elsecretario particular de éste, Rafael Chausal. De esa manera desapareció la división de Poderes y la soberanía de los Estados. Las leyes no políticas estaban de hecho vigentes, mas su aplicación...
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