la alegría del anuncio del evangelio
Páginas: 2 (441 palabras)
Publicado: 20 de agosto de 2014
LA ALEGRÍA DEL ANUNCIO DEL EVANGELIO
La tarea que nos apremia en cualquier época y lugar es la proclamación explícita que Jesús es el señor (110). Ésta debe ser nuestra prioridad en todo movimiento,espiritualidad o apostolado; es una vocación, don y tarea de todos los bautizados para que el Nombre del Señor sea conocido en todos los ambientes (119; 111).
Ahora bien, debemos tener en cuentaque este llamado y salvación son un don gratuito de Dios y que, por lo mismo, Él es el protagonista. Nosotros, como iglesia, somos un instrumento de la gracia (LG 1), pues la iniciativa siempre será delPadre.
Nos dice el Papa: “El principio de la primacía de la gracia debe ser un faro que alumbre permanentemente nuestras reflexiones sobre la evangelización” (112).
Cada uno de nosotros ha sidollamado por el Señor a su servicio, pero la misión se debe vivir en comunidad (Mt 28, 19; Gál 3, 28) ¡Todos somos corresponsables de la evangelización! Esta vivencia comunitaria enriquece, ya quepermite dinamizar la respuesta que, desde el Evangelio, debemos dar a las múltiples realidades a las que nos enfrentamos (114). Ser personas y comunidades evangelizadoras implica que debemos brindar unarespuesta concreta y misericordiosa a nuestro entorno, pues solo así seremos “fermento de Dios en el mundo” (GS 1. 3. 46).
La gran misión de Jesús fue el anuncio del Reino de Dios, el cual traeríaconsigo la libertad; por lo tanto, la Iglesia tiene el encargo de conducir a los creyentes al descubrimiento de ese Reino, porque “no solo es un Reino del futuro, sino también actual, no solopersonal, también comunitario, no solo celestial, también terreno” (RedemptorisMisssio 15). El Reino de Dios tiene como consecuencia la liberación y la felicidad del hombre y la construcción de unacivilización del amor.
El ser humano anhela ser feliz, pero centra su felicidad en el ejercicio de una libertad que no admite la obediencia ni pertenencia alguna; en lugar de generar liberación, provoca...
La tarea que nos apremia en cualquier época y lugar es la proclamación explícita que Jesús es el señor (110). Ésta debe ser nuestra prioridad en todo movimiento,espiritualidad o apostolado; es una vocación, don y tarea de todos los bautizados para que el Nombre del Señor sea conocido en todos los ambientes (119; 111).
Ahora bien, debemos tener en cuentaque este llamado y salvación son un don gratuito de Dios y que, por lo mismo, Él es el protagonista. Nosotros, como iglesia, somos un instrumento de la gracia (LG 1), pues la iniciativa siempre será delPadre.
Nos dice el Papa: “El principio de la primacía de la gracia debe ser un faro que alumbre permanentemente nuestras reflexiones sobre la evangelización” (112).
Cada uno de nosotros ha sidollamado por el Señor a su servicio, pero la misión se debe vivir en comunidad (Mt 28, 19; Gál 3, 28) ¡Todos somos corresponsables de la evangelización! Esta vivencia comunitaria enriquece, ya quepermite dinamizar la respuesta que, desde el Evangelio, debemos dar a las múltiples realidades a las que nos enfrentamos (114). Ser personas y comunidades evangelizadoras implica que debemos brindar unarespuesta concreta y misericordiosa a nuestro entorno, pues solo así seremos “fermento de Dios en el mundo” (GS 1. 3. 46).
La gran misión de Jesús fue el anuncio del Reino de Dios, el cual traeríaconsigo la libertad; por lo tanto, la Iglesia tiene el encargo de conducir a los creyentes al descubrimiento de ese Reino, porque “no solo es un Reino del futuro, sino también actual, no solopersonal, también comunitario, no solo celestial, también terreno” (RedemptorisMisssio 15). El Reino de Dios tiene como consecuencia la liberación y la felicidad del hombre y la construcción de unacivilización del amor.
El ser humano anhela ser feliz, pero centra su felicidad en el ejercicio de una libertad que no admite la obediencia ni pertenencia alguna; en lugar de generar liberación, provoca...
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