La Ancianita De El Cajon Para Bolear Zapatos
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twitter @fapayan
Esto me ocurrió ayer a mi regreso de Patzcuaro, Michoacán....Quiero
compartirlo contigo e invitarte a la reflexión.
Cada que tengo oportunidad, me gusta recorrer la meseta purépecha por que en cada ocasión que
lo hago, descubro algo nuevo. Esto me ocurrió ayer a mi regreso del siempre mágico Pátzcuaro:
LAANCIANITA DEL CAJON PARA BOLEAR ZAP ATOS
Después de pasar un delicioso fin de semana santa en Pátzcuaro, Mich., regresamos por rumbo de
Quiroga, Mich., y decidimos hacer una escala en este hermoso pueblito colmado de artesanía y
buena comida. Precisamente con intención de comprar algunos adornos para nuestro hogar y no
dejar de sorprendernos por las maravillas que hacen esas magistrales manos denuestros siempre
admirados artesanos Purépechas, herencia que el Tata Don Vasco de Quiroga les inculcó a sus
antepasados.
Llegó la hora de comer y por supuesto compré mi ración de las tradicionales carnitas de Quiroga,
que para mi gusto son las mas deliciosas que he comido. Mi hijo decidió comer tacos de asada, mi
esposa pollo y mi hija pizza por lo que compramos una pizza grande por si a losdemás se nos
antojaba un pedazo. Nos acomodamos en una mesa en los portales de la plaza principal. No me
había comido el primer taquito de carnitas cuando advertí a una ancianita que miraba la pizza que
unos jóvenes en la mesa contigua a la de nosotros. Paré de comer y la observé un poco más, y vi
que a los pies de la ancianita tenía un cajón para bolear zapatos. Me levanté y fui a donde laancianita, no sabía como hacerle la pregunta. La abordé diciéndole:
-“Señora”- le dije en voz baja- “Cuanto vale la boleada”
-“Veinticinco pesos”- me dijo ella
-“Mire, aquí tiene los veinticinco pero no me puede bolear por que traigo tenis”
-“Señora……ya comió?”
Ella volteo hacia arriba por que estaba sentada, con una sonrisa y en voz bajita me dijo- “No
señor”
-“Le gustaría un taquito decarnitas o un pedazo de pizza?”
-“Si señor, un pedazo de pizza”
Fui le compré un refresco y le llevé su pedazo de pizza. Yo la miraba disimuladamente y entonces
fue que se me hizo un agudo nudo en la garganta. Me puse mis gafas oscuras para disimular las
aguas que ya asomaban por mis ojos, no fuera a ser que los demás comensales del lugar me
confundieran con la María Magdalena del viacrucisque recién había tenido lugar y propio de la
semana santa y decidieran apedrearme confundiéndome con ella. De pronto, al ver comer de la
pizza a LA ANCIANITA DEL CAJÓN PARA BOLEAR ZAPATOS, me imaginé a mi mamá, a mi hija o a mi
esposa en esa situación…y entonces vi la gran indiferencia de todos los allí comiendo, sin advertir
que a su lado una ancianita no había comido sabrá Dios desde cuando,y justo la venerable
saboreaba la pizza que los jóvenes degustaban.
Cuando terminó su ración de pizza le llamé y le ofrecí otro pedazo. Ella aceptó gustosa y me dijo “Me da de lo que le ponen encima”.
-“Ahh, quiere CATSUP??”
-“No, deme del chilito ese de allí”
Le pasé el recipiente de un chile que se veía bravo. Ella empapó el pedazo de pizza y con una
sonrisa me dijo -“Así, el chile esmejor por que me da alegría”
Una gran sonrisa se asomó de la disfrazada y estoica máscara de mi cara y vi como se fue
comiendo la ancianita. Entonces fue que pude comer otro taco de mis carnitas cuando se me
acercó otra señora para venderme un traste de arcilla cocida, de esos típicos del lugar –“Mire
señor, cómpreme un sartencito. Ándele patroncito, mire para que ponga los frijolitos de la olla,ya
verán como le quedan bien sabrosos, nomás vale veinte pesos, ándele ayúdeme”.
En mis adentros dije “Noooo, nooo Dios ya no me castigues con esto otra vez”. Y es que otra vez
se me anudó la garganta. “Mire señora, aquí tiene los veinte pesos. La verdad es que el sartén no
me hace falta, lléveselo y ojalá lo venda y haga de cuenta que vendió dos”. En eso vi a un niño que
la acompañaba, no...
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