la aristocracia
Según esa lógica aristocrática, es en la lucha donde resplandece la verdad y es el más fuerte el que dicta sus leyes, el que marca su territorio y el que ejerce el gobierno. El débil, el miembro del pueblo, el campesino, el artesano, apenas puede oponer otro argumento que no sea el de su propia miseria. La situación delpueblo era casi desesperada —esta situación fue percibida a través de todos los testimonios escritos de que disponemos. Pero el pueblo, en los primeros tiempos de dominio de la aristocracia, no tenía ninguna posibilidad de hacer oír su voz o conducir sus fuerzas. La fábula del halcón y el ruiseñor que nos cuenta el poeta Hesíodo, en el siglo VIII a.C. puede drnos una idea de la situación:
“Asíhabló un halcón a un ruiseñor de variopinto cuello mientras le llevaba muy alto, entre las nubes, atrapado con sus garras. Este gemía lastimosamente, ensartado entre las corvas uñas y aquel en tono de superioridad le dirigió estas palabras: `¡Infeliz! ¿Por qué chillas? Ahora te tiene en su poder uno mucho más poderoso. Irás a donde yo te lleve por muy cantor que seas y me servirás de comida siquiero o te dejaré libre. ¡Loco es el que quiere ponerse a la altura de los más fuertes! Se ve privado de la victoria y además de sufrir vejaciones, es maltratado'. Así dijo el halcón de rápido vuelo, ave de amplias alas” (Hesíodo, Los trabajos y los días).
Aquellos debieron ser los argumentos que el pueblo escuchara de labios de los aristócratas, durante los siglos que perduró su situaciónangustiosa y miserable. Llegó el momento, sin embargo, en que la aristocracia ateniense no pudo seguir manteniendo por la fuerza aquella situación y, a regañadientes, tuvo que pactar en medio de una auténtica guerra civil. Se acudió a una especie de árbitros o magistrados especiales. Los aristócratas esperaban que las cosas quedaran como estaban y el pueblo confiaba en ver cumplido su deseo de unajusticia basada no ya en la fuerza, sino en la igualdad. Algunos de aquellos magistrados como Dracon, y sobre todo Solón, arconte de Atenas en el 594 a.C., dictaron leyes que supusieron una mayor igualación y un recorte de algunos de los tradicionales privilegios de la aristocracia. Para Solón, los excesos de la aristocracia no tienen ninguna justificación; la justicia es medida y exige dar al...
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