LA ATENCION A LA DIVERSIDAD EN EL AULA Blanco
Y LAS ADAPTACIONES DEL CURRÍCULO
Rosa Blanco Guijarro
(
Artículo en: “Desarrollo psicológico y educación,
III. Necesidades educativas especiales y aprendizaje escolar”.
Alvaro Marchesi, César Coll, Jesús Palacios.
Editorial Alianza Psicología. Madrid)
La autora autoriza la presente versión electrónica para:
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1. De las necesidades educativas comunes a las necesidades educativas especiales.
La educación escolar tiene como finalidad fundamental promover de forma intencional el desarrollo de ciertas
capacidades y la apropiación de determinados contenidos de la cultura necesarios para que los alumnos puedan ser
miembros activos en su marco sociocultural de referencia. Para conseguir la finalidad señalada, la escuela ha de
conseguir el difícil equilibrio de ofrecer una respuesta educativa, a la vez comprensiva y diversificada; proporcionando
una cultura común a todos los alumnos, que evite la discriminación y desigualdad de oportunidades, y respetando al
mismo tiempo sus características y necesidades individuales.
Existen unas necesidades educativas comunes, compartidas por todos los alumnos, que hacen referencia a los
aprendizajes esenciales para su desarrollo personal y socialización, que están expresadas en el curriculum escolar.
Sin embargo, no todos los alumnos y alumnas se enfrentan con el mismo bagaje y de la misma forma a los
aprendizajes en él establecidos, todos los niños y niñas tienen capacidades, intereses, ritmos, motivaciones y
experiencias diferentes que mediatizan su proceso de aprendizaje, haciendo que sea único e irrepetible en cada caso.
El concepto de diversidad nos remite al hecho de que todos los alumnos tienen unas necesidades educativas
individuales propias y específicas para poder acceder a las experiencias de aprendizaje necesarias para su
socialización, cuya satisfacción requiere una atención pedagógica individualizada. Ahora bien, no toda necesidad
individual es especial, algunas necesidades individuales pueden ser atendidas a través de una serie de actuaciones
que todo profesor y profesora conoce para dar respuesta a la diversidad; dar más tiempo al alumno para el
aprendizaje de determinados contenidos, utilizar otras estrategias o materiales educativos, diseñar actividades
complementarias.
En algunos casos, sin embargo, determinadas necesidades individuales no pueden ser resueltas por los medios
señalados, siendo preciso poner en marcha una serie de ayudas, recursos y medidas pedagógicas especiales o de
carácter extraordinario distintas de las que requieren habitualmente la mayoría de los alumnos. En este caso se
puede hablar de necesidades educativas especiales, para referirse a aquellos alumnos que presentan dificultades de
aprendizaje o desfases en relación con el currículo que les corresponde por edad, y que requieren para ser atendidas:
medios de acceso al currículo, adaptaciones en el curriculum mismo, y/o una atención especial a la estructura social y
clima emocional en el que tiene lugar el hecho educativo (Warnock 1979).
Hasta hace relativamente poco sólo los alumnos con algún tipo de discapacidad eran los destinatarios de este tipo de
ayudas y recursos especiales, mientras que otros muchos que tenían dificultades de aprendizaje, seguían en la
escuela común sin ningún tipo de ayudas. El concepto de necesidades educativas especiales implica que cualquier
alumno que tenga dificultades de aprendizaje, por la causa que fuere, reciba las ayudas y recursos especiales que
necesite, ya sea de forma temporal o permanente, en el contexto educativo más normalizado posible.
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