La ausencia del cuerpo en la educación sexual chilena

La ausencia del cuerpo en la educación sexual chilena
Wilfredo Aliana Corrazzi
Primera parte: El estado del arte

Desde el corazón del Medioevo criollo…
La educación sexual, en Chile como en otros países, adolece de un problema que es común a la pedagogía formal, normalizada, en prácticamente cualquier área del conocimiento, pero, particularmente, en la específica de la sexualidad y en unpaís donde esta zona de la cultura ha sido duramente golpeada por una confiscación de sentido y de palabra hasta extremos brutales y excluyentes, se torna especialmente preocupante: la ausencia del cuerpo.
Pretendemos, en esta primera parte de nuestra pequeña investigación, analizar las razones por las cuales el cuerpo es sujeto de explicaciones hoy, como lo fue de tabúes ayer, siempre en elplano discursivo, esencialmente con ausencia de protagonismo en la apuesta educativa. El ayer del silencio y el hoy pletórico de discurso tienen esa ausencia en común.
Cuando se prohibía la temática, se pretendía acorralar su existencia al rincón de los saberes espontáneos, intransmisibles salvo en los lupanares o en los lechos conyugales forjados al calor del ultraje (muchas vecesinter-generacional) en el altar del patriarcado protegido por la Iglesia, el Estado y, finalmente, la Medicina, cual fortalezas inexpugnables e indiferentes al conocimiento social y a la cultura juvenil. En efecto, el matrimonio era el espacio de “reparación de la ignorancia”, y su consumación; la más de las veces, era en realidad la continuidad de los sobreentendidos, el ocultamiento y la doble moral, en arasde la reproducción “legal” de la especie y de la concentración de la herencia, problema que siempre preocupó y para el cual el mayorazgo fue solución por siglos (así como para la Iglesia católica el celibato sacerdotal, para permitir la acumulación de bienes en la institución sin dispersiones incómodas).
La felicidad, la exploración de capacidades y el descubrimiento de orientaciones y gustos,no era asunto de sujetos dueños de aspiraciones personales y experiencia individual sino únicamente de parejas “sacralizadas”, al interior de las cuales la jerarquía asimétrica era la regla generalizada. La educación sexual era la educación para la dominación, en el caso del hombre, y para el sometimiento en el caso de la mujer.
Cuando el desarrollo de la producción económica exigió incluir a lamujer en ésta a la par del hombre, y la promoción social del género femenino devino inevitable, al punto que adquirió voz y hasta voto, se afirmó la tendencia a poblar la sexualidad de discursos, adentrándose paulatinamente la pedagogía en objetivos diferentes a los primitivos, con un particular énfasis en las finalidades higienistas y de profilaxis, a la par que en la definición de patologíasdiversas (algunas del cuerpo, otras del “alma”…).

…, hasta la Modernidad que cuestiona…
Adentrándonos en los inicios de esta nueva etapa, analiza Foucault distintamente el fenómeno, desde su óptica europeo-centrista. Para él, hasta comienzos del siglo XVII la palabra en relación al sexo era bastante libre. Y dice que: “A ese día luminoso habría seguido un rápido crepúsculo hasta llegar a lasnoches monótonas de la burguesía victoriana. Entonces la sexualidad es cuidadosamente encerrada”1.
Indudablemente, más allá de diferencias importantes entre lo que pasó en Europa y lo que ocurrió aquí, también en Chile fue cuidadosamente corrido ese cerrojo tras el cual la sexualidad conoció la triste suerte que aún la desespera. Sin embargo, la siguiente etapa, la del discurso, da la impresiónque en nuestro país tiene un retraso cierto. No obstante lo cual, ya parece haber comenzado, por lo que es importante recordar las dudas de Foucault.
“El discurso crítico que se dirige a la represión, ¿viene a cerrarle el paso a un mecanismo del poder que hasta entonces había funcionado sin discusión o bien forma parte de la misma red histórica de lo que denuncia (y sin duda disfraza) llamándolo...