la autencidad ensayo
Jorge Martínez Lucena
I. La autenticidad y la libertad autodeterminada
La autenticidad, en su acepción más difundida en nuestra cultura,es identificada, como nos dice Taylor en su The Malaise of Modernity(1991), como una de las responsables de las formas de malestar típicas de nuestra modernidad: el“individualismo”1y la disolución de los“horizontes morales”2.
Parece haber un cierto acuerdo con respecto al ideal de la autenticidaden el panorama del pensamiento filosófico y sociológico: todostienden a confundir la autenticidadcon la libertaden tanto que autodeterminada. Tanto sus detractores3–“pesimistas”4–, como sus defensores5–“optimistas”6–, la consideran así, aunque sus posturas con respectoaella sean diametralmente distintas. Los primeros la confundirían paracriticarla, mientras que los segundos la confundirían para militar comosus más acérrimos partidarios. Taylor, en cambio, les da y les quita la
1.C. TAYLOR, La ética de la autenticidad, Paidós, Barcelona, 1994, 38ss. (De estanota en adelante, cuando escribamos EAnos estamos refiriendo a La ética de la autenticidad).
2.EA., 45.
3.Cf.D. BELL, Las contradicciones culturales del capitalismo, Alianza, Madrid, 1977;
R. N. BELLAHet al., Hábitos del corazón, Alianza, Madrid, 1989; A. BLOOM, The Clo sing of the American Mind, Simon&Schuster, New York, 1988; C. LASCH, La culturadel narcisismo, Andrés Bello, Santiago de Chile, 1999; A. MACINTYRE, Tras la virtud,Crítica, Barcelona, 2004.
4.EA, 110.
5.Cfr. G. LIPOVETSKY, La era delvacío, Anagrama, Barcelona, 1994.
6.EA, 103.
Espíritu LVIII (2009)·nº 138·95-111
Jorge Martínez Lucena
razón a los dos. Reconoce que el uso práctico que se hace mayoritaria-mente en nuestra cultura del ideal de la autenticidad suele parecerse alde una libertad autodeterminada, pero establece una diferenciaciónentre ambas, ya que ésta última es una reducciónde la primera.
Taylor recoge eltestigo de la obra de Trilling, Sincerity and Authen ticity(1972), y dice que la autenticidad sería el ideal moral de la “autorrealización”, que consistiría en “ser fiel a uno mismo”7, y “lejos de excluir relaciones incondicionales y exigencias morales más allá del yo, requiere verdaderamente de éstas en alguna forma.” 8Sin embargo, tal fidelidad debería tener en cuenta los factores fundamentalesdel “yo”9,es decir nuestra “estructura trascendental”10. Por eso, Taylor afirmaque la autenticidad entraña, por un lado (A): “(i) creación y construcción así como descubrimiento, (ii) originalidad, y con frecuencia (iii)oposición a las reglas de la sociedad e incluso, en potencia, a aquelloque reconocemos como moralidad.” Pero también requiere (B) “(i)apertura a horizontes de significado (puesde otro modo la creaciónpierde el trasfondo que podría salvarla de la insignificancia) y (ii) unaautodefinición en el diálogo.”11Tal como lo ve Taylor, (A) se identificaría con la libertad autodeterminada, pero la verdadera autenticidadrequeriría también el cumplimiento de (B).
Esto explicaría un cierto desconcierto teórico, ya que nuestra cultura dominante tendería, potenciada desde distintasinstancias –“liberalismo de la neutralidad”, “subjetivismo moral”, “forma normal deexplicación de las ciencias sociales”12, “la cultura del narcisismo”, el
1. 7.Ibidem, 51.
2. 8.Ibidem., 104.
1. 9.Cf. C. TAYLOR, Fuentes del yo, Paidós, Barcelona, 2006, 49-85. (De esta notaen adelante, cuando escribamos FY nos estamos refiriendo a Fuentes del yo)
1. 10.Para conocer la concepción antropológicatrascendental de Taylor situadaen el contexto filosófico actual, cf. C. TAYLOR, “Overcoming epistemology”, en C.TAYLOR, Philosophical Arguments, Harvard University Press, Cambridge, 1995, 1-19.También se puede consultar el siguiente artículo que toca lateralmente este tema:cf. J. MARTINEZLUCENA, "Narratividad y pre-narratividad de la experiencia en A.MacIntyre, C. Taylor, P. Ricoeur y D. Carr", en...
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