La autentica libertad
Pocas cosas hay más maravillosas que ser fieles a nuestra intimidad cerebral, para después, cuando nos interesa o conviene, estar abiertos a cualquier circunstancia...siempre y cuando la aceptemos desde nuestra propia y libre voluntad y no desde cualquier seguidismo impuesto por otros.
Nos sobran neuronas para existir y nos faltan neuronas para ser, sencillamenteporque no las sabemos educar. A esa educación se la llama “fuerza de voluntad”.
Vayamos arriba, a nuestro tejado. Ese cerebro que nos hace, conduce y determina, por principio es holgazán, vago ydisperso. Por eso, sabiendo muy bien cómo es, hay que tenerlo controlado: siempre hay que estar dándole
instrucciones, y cuando la importancia del tema lo requiera, órdenes.
—Escúchame bien,cerebro: vas a dejar de fumar.
—No te despistes, querido: vas a adelgazar siete kilos.
—Óyeme, vas a concentrarte para causar la mejor impresión en mi cita.
—En dos años vas a tener que superar aMenganito. Es decir, que muévete, porque ahora vamos a trazar el mejor plan.
—No voy a consentir que te duermas: te ordeno que estés activo hasta que consigamos ser los mejores en nuestra área.Así es como hay que tratarlo. Sin dejarle espacio para la excusa o la tregua.
Él tratará de despistarse. En absoluto es imbécil: es nuestro cerebro, somos nosotros. Pero hay que repetirlo, es vago,inmensamente vago por naturaleza.
Por eso deberás coaccionarlo: con amenazas, problemas, enfermedades, miserias, humillaciones, desdichas... y al mismo tiempo deberás estimularlo con reconocimientos,ingresos económicos, optimismos, salud, nuevos horizontes y otros etcéteras.
A esta coacción se la llama “fuerza de voluntad”. El término “fuerza”, en este caso, es fascinante e insustituible,...
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