La autoescucha

A quién no le ha pasado alguna vez que siente algo pesado en su guata pero no sabe qué es. Quién nunca se ha dicho a sí mismo “sé que algo me sucede, pero no sé qué”. Quizás hayan respuestascientíficas a este fenómeno que sean de mayor peso que mi propia experiencia, pero creo que lo que acabo de descubrir le podría servir a más de una persona.
Vivimos vidas sumamente estructuradas. Horarios,agendas y reglas nos indican exactamente cuál es la hora para descansar, para comer, para jugar o para llevar a cabo cualquier actividad. “Tengo hambre, pero aun es muy temprano para comer”, “Tengosueño y es viernes, ¿cómo no voy a salir?”, “Estoy muerto, pero tengo que estudiar”. Nuestro cuerpo desde que nacemos viene con un infalible mecanismo para expresarnos sus necesidades. Si estamos cansados,sentimos sueño, si nos hace falta agua sentimos sed, si necesitamos ir al baño, también nos lo hace sentir. Los bebes son el mejor ejemplo de este mecanismo. Cuando un bebe tiene ganas de desechareso que le está revolviendo el intestino, no creo que gaste tiempo en pensar “¿Es momento de ir al baño? ¿Es este un buen lugar? No. Simplemente lo suelta todo y se ríe además después de hacerlo.Nosotros, las personas más adultas, tenemos todo estructurado desde que comienza el día. A las siete de la mañana levantarse, tomar un desayuno rico en calorías para poder rendir como se debe, tomar talcantidad de agua porque en una revista se dijo que el ser humano debe tomarla para funcionar bien, y así con casi todas las cosas. Creemos que podemos regularlo todo, que nos las sabemos todas, pero laverdad es que no. ¿Quién conoce mejor a nuestro cuerpo que él mismo? ¿Qué fuente más fidedigna puede existir que él? ¿Cuántas veces ignoramos lo que nos intenta decir y escuchamos reglas generales ysupuestos que hemos oído por ahí? ¿Cuántas veces andamos idiotas, tirando mala onda y poniendo caras de poto, por no habernos regalado el derecho a descansar lo suficiente?
No propongo que...