La Aventura De Fujimori

La aventura del Chino
La última década del siglo XX inició, en el Perú, muy accidentada. Por un lado, el desastre ocasionado por el primer gobierno de Alan García dejó al país en una situación sumamente crítica: colapso económico, desmadre político y una sociedad amedrentada por el terrorismo y los conflictos sociales. Por otro lado, el proceso electoral dejó mal parado a más de uno. Fue éstesuceso el que marcó todo un hito en la historia del Perú republicano: la dictadura Fujimori.
Pocas veces se ha visto un fenómeno electoral tan acelerado como el del candidato por Cambio 90. Para las elecciones de ese año, el candidato que arrasaba, según contaban las encuestadoras, era Mario Vargas Llosa, aspirante a la Presidencia por el FREDEMO. Era, según refieren analistas y expertos, la mejoropción: la gente ya no confiaba -obviamente- en el APRA y su candidato Luis Alva Castro. Sin embargo, la fuerte presencia del partido de la estrella en la población le otorgaba un controvertido segundo lugar. El tercer candidato, oh sorpresa, el “hermanón” Ricardo Belmont, quien supo potenciar su figura radial-televisiva para apoderarse de un nada mezquino tercer lugar.
¿Dónde quedaba, pues, lafigura de Alberto Fujimori? Por ahí, silbando bajito. De lo que no se percató nadie en ese entonces fue la creciente -¡como espuma!- aceptación de Fujimori por parte de los sectores socioeconómicos marginados. Es simple: Vargas Llosa era el candidato de la élite peruana -limeña, para ser sinceros-, una especie de PPK de los 90; Alva Castro contaba con los votos de los apristas apasionados, ya quenadie más confiaba en el APRA; mientras que el “hermanón” Belmont no merece líneas aparte. Por su lado, Fujimori, ingeniero agrónomo de profesión, se ocupó en adentrarse en los pueblos jóvenes, los cerros, sectores marginales y provincias. Estrategia que le valió mucho, pero mucho en su campaña electoral.
La práctica del asistencialismo es muy antigua en el Perú. Es casi una costumbre. Es más, sehabía convertido, en ese entonces, en la bandera de la ideología fujimorista. El facilismo era evidente: darle a la gente lo que quiere. Un gorro, algunos víveres, un polo con la propaganda del partido y una propina para su pasaje aseguraron millones de votos en las urnas.
Las encuestas se pintaban cada vez más de naranja. El flash electoral fue todo un golpe a la opinión pública. Un desconocidoiba a segunda vuelta. Bajo el lema de la “honradez, tecnología y trabajo”, el popular “chino” había logrado ostentar la banda presidencial. Es así que, contando con el abierto apoyo del aprismo que le endosó sus votos, fue elegido presidente para el período 1990-1995 con 4’489,897 votos (62,4% de los votos válidos).
No obstante, y como dijimos líneas arriba, dentro de las palabra bonitas seencuentran la maliciosas realidades. Era hora de ponerse a trabajar. Pero una cosa es la campaña y otra muy distinta el ejercicio del poder. Fujimori, desde un inicio, buscó un mayor poder dentro de la estructura del Estado. Selló, con su inmortalizado vocablo “Disolver”, el inicio de una crisis constitucional comúnmente llamada “Autogolpe”. Con esto logró modificar la constitución otorgándole mayorpoder al Presidente y aceptando la famosa reelección, hecho que alcanzaría algunos años después.
Por otro lado, si bien el mensaje de Cambio 90 aludía a una renovación de la "política tradicional", su triunfo electoral se basó en un fuerte ingrediente continuista, expresado en la promesa de no aplicar un shock correctivo frente a la situación negativa de los indicadores económicos que dejó elgobierno aprista. Era éste el mayor temor de los economistas nacionales.
A pesar de esto, y por recomendación del Fondo Monetario Internacional, el 8 de agosto de 1990 el gobierno anunció las medidas anti-hiperinflación. Apareció, en el evaporado programa Contrapunto, el entonces ministro de Economía Juan Carlos Hurtado Miller, pronunciando frases que aún retumban, nefastas, en los oídos de los...