La batalla
Por Carlos Monsiváis
Definir las palabras clave es un asunto (una batalla cultural) de primer orden, y esto se verifica con las campañas de la derecha y la ultraderecha (difícil deslindarlas) ansiosas por imponer su versión de dos términos: familia y homofobia. Hasta el momento, tal vez por acatar su tradición reciente, ellado conservador pierde sistemáticamente en sus ofensivas. Obtiene triunfos electorales, se adueña vindicativamente de cuanta institución puede y, en el momento en que intenta cancelar conquistas históricas del laicismo, descubre que entiende muy mal el desarrollo social. ¿Es necesario citar el caso de El crimen del padre Amaro, la película tan boicoteada por los obispos y los panistas, y hoytransmitida plácidamente en televisión?
Tómese el caso de La Familia (mayúsculas del fin de las excepciones) y del proyecto de homenajearla anualmente el primer domingo de marzo. Si nadie discute el papel central de las familias, ya tampoco tiene caso hablar de la definición única, pero a la derecha no le interesan los lazos sanguíneos sino sacarle provecho a la adopción, con todo y pila bautismal, dela fortaleza asediada, el ámbito de los que aman a sus integrantes a pesar de conocerlos.
Reitero lo elemental: no hay Familia sino Familias. Al respecto, Gabriela de la Riva, la directora de la investigación en la que se basa el proyecto del Día de la Familia, llega a conclusiones inesperadas en su estudio cualitativo: “aún si la familia nuclear es el ideal aspiracional, en la sociedad existenmuchas familias que no corresponden a este modelo, como por ejemplo las que son encabezadas por mujeres —cuyo porcentaje es de 25 por ciento—, familias extensas que viven bajo el mismo techo, matrimonios que tardan en tener hijos (o no los tienen), y abuelos con los hijos de mexicanos que radican en Estados Unidos.” Gabriela de la Riva localiza sorpresivamente el origen de esta diversidad:El concepto de familia comenzó a modificarse a partir de la crisis económica de 1994, la cual ocasionó que los roles tradicionales del hogar se modificaran, hasta ese momento el papá cumplía con su rol de proveedor y liderazgo y la mamá se dedicaba al cuidado de los hijos y a cocinar pastelitos (NotieSe, 27 de enero de 2005. Nota de Mario Alberto Reyes).
¡Ay “error de diciembre”! Once añossin pastelitos por tu culpa.
La piedra angular de esta fantasmagoría es la tesis de “la familia natural”, con lo cual y de golpe se declara: a) la existencia de una “familia antinatural”, no concebible ni admisible; b) la santificación del autoritarismo, el centro de la familia tradicional que proviene en línea directa de Adán y Eva; c) la carencia de respetos, virtudes, razón de ser, de las“familias antinaturales”, las desprendidas del divorcio, las monoparentales, las unidades de convivencia legítimas pero todavía no legalizadas. Pónganse en contexto algunas cifras: 6.4 por ciento son hogares unipersonales y representan a casi siete millones de personas, al 7.6 de cada cien hogares lo integran parejas heterosexuales sin hijos; en 2000, según el censo, hay 158 mil 175 hogares (0.7 porciento del total) de parejas del mismo sexo.
Según la UNPF, la familia nuclear es un matrimonio construido por hombre, mujer e hijos, y “la familia incompleta” se integra con padre o madre solteros u otro familiar que se encarga de los hijos. De acuerdo a ellos, el carácter gratuito y laico de la enseñanza es una “aberración constitucional”, por lo que debe modificarse el Artículo Tercero. A sucrítica probablemente la guía el pensamiento del papa Juan Pablo II en el texto del 4 de enero: “...el laicismo, ideología que lleva gradualmente, de forma más o menos consciente, a la restricción de la libertad religiosa hasta promover un desprecio o ignorancia de lo religioso, relegando la fe a la esfera de lo privado y oponiéndose a su expresión pública”.
La homofobia: “Si quieren...
Regístrate para leer el documento completo.