LA BELLA DURMIENTE
Pablo, tenía más suerte, siempre jugaba de ladrón. Era considerado el capitán de nuestro grupo, y el que mandaba en todo lo referente a juegos. Siempre le pedíamos su opinión y él, conaires de importancia, respondía diciendo, juguemos a esto o aquello; y todos le seguíamos con cierta admiración.
A mí me tocó perseguirle como policía, pero por mucho que quería igualarle jamás lealcanzaba. Era mayor que yo y mucho más rápido. Pero se me ocurrió la idea de esconderme sin que él llegara a verme. Cuando se dio cuenta de que nadie lo perseguía, se paró sorprendido y comenzó a volversobre sus pasos. Yo esperaba calladita, casi sin respirar, para que no me oyera, esperando tras el tronco de un gran árbol que había plantado en la calle. Y cuando él pasó, intentando llamar miatención llamándome a grandes gritos, yo salí del escondite sorprendiéndole:
- ¡Arrestado! – le dije. Te he pillado y ahora derechito al calabozo.
A Pablo no le gustó nada y hasta se quiso enfadardiciendo que aquello no valía y que era trampa. Pero yo le expliqué muy seriecita:
- No, Pablo, no es trampa y tú lo sabes. La policía no sólo persigue a los ladrones corriendo detrás de ellos. Aveces saben por donde van a pasar y los esperan.
Él me miraba frunciendo el ceño y sorprendido de que una niña, y más pequeña que él, lo hubiera atrapado con mas astucia que fuerza. Pero como...
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