La Biblia Como Fundamento De Toda Actividad Pastoral
“La Biblia como fundamento de toda actividad pastoral”[1]
Comparto con el autor español la preocupación por lo que él llama el “exilio de la Palabra”. En nuestra situación particular también son llamativas las distancias entre exégesis y teología y entre ambas y la acción pastoral. Me parece éste el eje del planteo de suartículo. Y lo considero un desafío clave, que de eludirse, teología y exégesis perderían completamente su relevancia como ciencias al servicio del Evangelio. Además se trata de un reto urgente para la renovación de la Iglesia impulsada por el Vaticano II y tan necesaria en nuestros días. Lo han señalado también otros teólogos desde la situación latinoamericana.[2]
Sería interesante pensar eneste contexto argentino las causas de tales “desconexiones” para reconocer procesos históricos que permitan ahondar en esa situación presente y vislumbrar caminos a futuro. Pienso en esto, sobre todo teniendo en cuenta que resulta claro y ya conocido el enunciado de que exégetas y teólogos tienen la misión de ofrecer una reflexión sobre la fe, desde y a partir de la experiencia concreta de lacomunidad eclesial y del mundo en el que viven, en diálogo con las otras ciencias;[3] pero tal certeza parece olvidada de hecho cuando las prácticas concretas lo exigen. De aquí surgen interrogantes sobre obviedades, que precisamente por darse por supuestas puede que se estén escapando a nuestra atención y ocupación: ¿Desde qué realidad reflexionan los especialistas en Biblia y teología? ¿A partir dequé experiencias proponen caminos a la pastoral? Y antes aún, ¿qué situaciones concretas, existenciales comparten los agentes de pastoral y los especialistas, y todos éstos con el resto de la sociedad?
Claro que ahondar en estas cuestiones nos llevaría a complejos análisis sobre el modo de relacionarnos en la Iglesia y el grado de inserción de las comunidades cristianas y sus miembros enla sociedad, lo cual es al mismo tiempo indicador de la madurez de las personas y los grupos en la Iglesia. Quiero decir que si exégesis y teología, como reflexiones arraigadas en la fe, no llegan a nutrir las acciones concretas de la Iglesia desde sus raíces, habría que preguntarse qué tan hondo, o con qué grado de “realidad” hemos recibido, o estamos recibiendo la Buena Noticia en nuestrasvidas como personas creyentes. En otras Palabras, la incapacidad para reflexionar y proponer la fe desde nuestra propia realidad eclesial y social, ¿no nos remite en primer lugar a un problema humano de falta de consistencia y de realismo vital? Mucho se ha hablado de la fe como alienación. Lejos de atribuirle a la fe en sí misma este efecto, pienso que es necesario considerar la alienación a la queconducen ciertos métodos o experiencias de reflexión y “adoctrinamiento” en la transmisión de la fe. No es difícil comprobar que durante mucho tiempo y aún hoy, los procesos de “cristianización” de las personas y los pueblos se llevan adelante sin una paralela humanización de los mismos (cuando no a costa de ella). ¿No está esta desconexión de lo humano y lo cristiano en la base del desencuentroentre pastores y especialistas, entre la praxis pastoral y la reflexión sobre la fe, entre la teología y la exégesis?
De las precisiones de García Maestro sobre el carácter histórico de la revelación cristiana, y por lo tanto de la teología, y a partir de sus propios interrogantes, se desencadenan otras series de preguntas… ¿Cómo se puede hacer un análisis creyente de la realidadignorando la Biblia? ¿Cómo se puede leer la Escritura y hacer teología ignorando la realidad? ¿Cómo pueden la exégesis y la teología ayudarnos a leer el momento actual a la luz de la concreta historia de los hombres y mujeres de la Biblia? ¿Qué “nivel” de importancia tiene la dimensión histórica de nuestra fe personal y eclesial en la elaboración teológica? ¿Qué lugar le damos a la narración de...
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