la_bibliotecaria_de_auschwitz_autores_e_g
Páginas: 533 (133199 palabras)
Publicado: 26 de septiembre de 2015
PORTADA
DEDICATORIA
CITAS
CAPITULO 1
CAPITULO 2
CAPITULO 3
CAPITULO 4
CAPITULO 5
CAPITULO 6
CAPITULO 7
CAPITULO 8
CAPITULO 9
CAPITULO 10
CAPITULO 11
CAPITULO 12
CAPITULO 13
CAPITULO 14
CAPITULO 15
CAPITULO 16
CAPITULO 17
CAPITULO 18
CAPITULO 19
CAPITULO 20
CAPITULO 21
CAPITULO 22
CAPITULO 23
CAPITULO 24
CAPITULO 25
CAPITULO 26
CAPITULO 27
CAPITULO 28
CAPITULO 29
CAPITULO 30
CAPITULO 31CAPITULO 32
EPILOGO
ETAPA FINAL
ANEXO
BIBLIOGRAFIA PRINCIPAL CONSULTADA
CREDITOS
A Dita Kraus
Mientras duro, el bloque 31 (en el campo de exterminio de Auschwitz) albergo a quinientos ninos
junto con varios prisioneros que habian sido nombrados <> y, a pesar de la estrecha vigilancia a que
estaba sometido, conto, contra todo pronostico, con una biblioteca infantil clandestina. Era
minuscula:consistia en ocho libros, entre ellos la Breve historia del mundo de H. G. Wells, un
libro de texto ruso y otro de geometria analitica [...]. Al final de cada dia, los libros, junto con otros
tesoros, tales como medicinas o algunos alimentos, se encomendaban a una de las ninas de mas edad
cuya tarea consistia en ocultarlos cada noche en un lugar diferente.
ALBERTO MANGUEL, La biblioteca de noche
Loque hace la literatura es lo mismo que una cerilla en medio de un campo en mitad de la noche.
Una cerilla no ilumina apenas nada, pero nos permite ver cuanta oscuridad hay a su alrededor.
WILLIAM FAULKNER, citado por
Javier Marias
1
Auschwitz-Birkenau, enero de 1944
Esos oficiales, que visten de negro y miran la muerte con la indiferencia de los enterradores, ignoran que,
sobre ese fango oscuroen el que se hunde todo, Alfred Hirsch ha levantado una escuela. Ellos no lo
saben, y es preciso que no lo sepan. En Auschwitz la vida humana vale menos que nada; tiene tan poco
valor que ya ni siquiera se fusila a nadie porque una bala es mas valiosa que un hombre. Hay camaras
comunitarias donde se usa gas Zyklon porque abarata costes y con un solo bidon puede matarse a
centenares de personas.La muerte se ha convertido en una industria que solo es rentable si se trabaja al
por mayor.
En el cobertizo de madera, las aulas no son mas que corrillos apretujados de taburetes. Las paredes
no existen, las pizarras tambien son invisibles, y los maestros trazan en el aire triangulos isosceles,
acentos circunflejos y hasta el recorrido de los rios de Europa con solo agitar las manos. Hay cerca deuna veintena de pequenas isletas de ninos, cada una con su tutor, tan cerca unas de otras que los
profesores han de impartir las clases susurrando para que no se mezcle la historia de las diez plagas de
Egipto con la musica de la tabla de multiplicar.
Algunos no lo creyeron posible, pensaron que Hirsch era un loco o un ingenuo: ?como va a ser
posible escolarizar a los ninos en un brutal campo deexterminio donde todo esta prohibido? Y el
sonreia. Hirsch siempre sonreia enigmaticamente, como si supiera algo que los demas desconocian.
No importa cuantos colegios cierren los nazis, les contestaba. Cada vez que alguien se detenga en
una esquina a contar algo y unos ninos se sienten a su alrededor a escuchar, alli se habra fundado una
escuela.
La puerta del barracon se abre bruscamente yJakopek, el asistente de vigilancia, corre hacia el
cuarto del jefe de bloque Hirsch. Sus zuecos salpican el suelo con la tierra humeda del campo, y la
burbuja de placida seguridad del bloque 31 se deshace. Desde su rincon, Dita Adlerova mira
hipnoticamente las minusculas motas de barro: parecen insignificantes, pero lo contaminan todo de
realidad, igual que una sola gota de tinta mancha un cuencoentero de leche.
--!Seis, seis, seis!
Es la senal que indica la llegada de guardias de las SS al bloque 31, y se organiza un revuelo de
murmullos en todo el barracon. En esa fabrica de destruccion de vidas que es Auschwitz-Birkenau, donde
los hornos funcionan dia y noche con un combustible de cuerpos, el 31 es un barracon atipico, una rareza.
Mas bien, una anomalia. Un logro de Fredy Hirsch, quien...
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