La bicicleta el Canto Nuevo y las tramas musicales de la disidencia
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La bicicleta, el Canto Nuevo y las tramas musicales de la
disidencia. Música popular, juventud y política en Chile
durante la dictadura, 1976-1984
Javier Osorio Fernández
Universidad Alberto Hurtado
Música popular, juventud y memoria
En el mes de septiembre de 1978, después de cinco años de iniciada
la dictadura deAugusto Pinochet, comenzó a circular por las calles de
Santiago la revista cultural La bicicleta, a través de la cual se escribieron
gran parte de las memorias individuales asociadas al Canto Nuevo y a la
música popular en la experiencia autoritaria de la sociedad chilena. En sus
primeros números, la revista buscaba principalmente dar a conocer las
actividades culturales realizadas en lugares dispersospor artistas, poetas,
actores, músicos, periodistas e intelectuales que formaban parte de un
emergente movimiento social y cultural de oposición y denuncia frente a la
dictadura, surgido a finales de la década del setenta. De este modo, la
música tuvo un lugar importante en las páginas de la revista, mediante la
incorporación de noticias sobre conciertos, o de breves comentarios sobre
cancionesespecíficas. Sin embargo, la información y difusión de la música
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popular no era el objetivo principal de la publicación en sus primeros
números, puesto que los músicos y compositores eran considerados sólo
como una parte más dentro de este extenso y heterogeneo movimiento
cultural. No es sino hasta la aparición del número 11, en abril de 1981, que
la música adquiere unlugar central en las portadas y en el contenido
mismo de la revista, con la inclusión de entrevistas a artistas y grupos
considerados como representativos de una nueva generación de músicos
populares, así como también con la publicación de cancioneros con las
letras y los acordes de sus canciones para ser interpretados en guitarra por
los lectores. Es a partir de entonces que La bicicleta se vinculóde manera
significativa a la experiencia musical de la juventud, no sólo como un
simple registro o testimonio de la creación musical durante aquellos
difíciles años, sino también como un actor más en la construcción de las
distintas, y a veces contradictorias memorias que se articulan en el cruce
entre música y política bajo el autoritarismo de los años ochenta (Torres,
1993).
A través de estarevista, es posible observar entonces las formas en
que un conjunto de jóvenes músicos populares y sus audiencias, fueron
otorgando significado a estos objetos sonoros que son las canciones y, con
ello, los modos en que la música permitió tejer las tramas de una memoria
emblemática de la juventud durante la dictadura. Según señala Steve Stern,
“En la medida en que las memorias quedan en el ámbito delo muy
encerrado—como algo compartido entre familiares o amigos muy íntimos,
o algo que no logra ir más allá de los rumores—, la fragmentación y la semiclandestinidad imponen barreras formidables, que impiden construir
puentes hacia las memorias emblemáticas” (Stern, 2000: 19). En este
sentido, la música, los conciertos y las publicaciones que circularon en el
espacio público, actuaronefectivamente como puentes entre la experiencia
privada de la juventud, y la proyección de estas experiencias en la
construcción de un relato emblemático de aquellos que formaron parte de
esta generación. Por este motivo, considerar la construcción social de las
memorias desde las prácticas musicales (desde la creación de los autores y
la escucha de los públicos), nos permite comprender de mejor modo el
hechode que las memorias son confeccionadas, reelaboradas y re-
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interpretadas culturalmente como memorias colectivas, en la interacción
que compone la experiencia social, y su “proyección mediante formas
cristalizadas de la cultura” (Assman, 1995: 129).
Uno de los aspectos problemáticos de las memorias confeccionadas
a partir de la...
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