la bruja de oro

Pero no es menos cierto que una gestión empresarial con un propósito
estratégico ambicioso y claro, ser el mejor, transforma la gestión. Obliga al empresario a
arriesgar, esforzarse, imaginar,ejecutar iniciativas, tener sensibilidad y capacidad de
reacción, así ante las limitaciones y adversidades, como ante la apertura de nuevas
posibilidades y a gestionar de forma adecuada la llegadadel éxito.
Son muchas las habilidades empresariales que se manifiestan en este trabajo con
actuaciones que las ponen en evidencia. Tener claro desde el primer momento que el
objetivo es aumentarlas ventas de un producto no necesario, idéntico al de la
competencia, cuya comercialización por sus circunstancias no admite una estrategia de
liderazgo en costes. Poner a su servicio unaestrategia empresarial agresiva, que
comienza por la captación de clientes en un medio difícil y duro geográfica y
topográficamente, con una clientela escasa y siendo la que se debe conquistarinexistente o de difícil acceso, alejada y fuertemente apegada a sus proveedores
habituales. Sensibilizarse de que el público tiene gustos y caprichos que desea
satisfacer, adecuarse a ellos ygratificarlo con unas condiciones de venta que cuidan el
detalle, el buen gusto, primando la satisfacción del cliente y alimentando su ilusión.
Adoptar una actitud intrépida para tentar a la fortuna yseguirla manteniendo cuando
llega, para llevarla como aliada y compañera en una guerra, cuya victoria es el fomento
de la ilusión y cuyo botín es la creación de riqueza a todos los niveles. Buscaracuerdos
con otras empresas con las que compartir proyectos, adecuar los programas y servir
intereses mutuos generando sinergias. Atender y animar a los medios de comunicación
para que sean losportavoces de la grandeza de un proyecto, de las anécdotas de su
ejecución y atraigan a nuevos clientes. Alimentar permanentemente la imaginación,
suscitando nuevas ideas que den lugar a un aumento...