la busqueda

Estoy solo, abandonado, en un lugar desconocido. ¿Cómo llegué?, ¿Qué es este sitio?, ¿Cómo salgo?, ¿Qué hago aquí? Me hice innumerables incógnitas. Es un mundo desolado, íntegramente exótico, me siento un forastero en un mundo extraño. Hago memoria en vano, no logro recordar de cómo aparecí aquí, yo solo, en el medio de la nada. Me puse de pié y observé mi alrededor, contemplando un suelo raro.Tierra no era, había arena. Era inmensa la cantidad de arena que rodeaba este mundo al que no conozco. Brotaba de la arena césped de un color seco, pero parecía viva. Me asombré al ver esto, jamás en la vida vi un césped de este tono, ni siquiera he visto que algún tipo de césped creciera en la arena, absolutamente insólito. Volví a mirar hacia los cuatros puntos cardinales y nuevamente quedécomo estatua al ver que no se distinguía ningún árbol, ningún animal, ninguna casa, nada. En sima mío un cielo tardío. Sentí frio y me desesperé al saber que no podría guardarme en algún lugar. Me quedé quieto y sufrí una gran depresión. Definitivamente estaba solo en un mundo desconocido.
Creí en una salvación, la esperanza es lo último que se pierde. Apenas estoy comenzando mi paso por estemundo, “Debe haber algo bueno aquí” me animé a pensar. Nuevamente fijé la mirada a mí alrededor, entonces empecé a caminar sobre el suelo de este mundo. Calculé haber andado por tres horas, aunque pudieron ser más, o quizás algunos minutos que se hicieron eternos mientras yo recorría en soledad. No vi nada nuevo, me sentí mas perdido que nunca. De pronto algo escuché, como si fuera el gruñido de unave pavoroso. El llamado de esa ave venía desde mis espaldas, entonces giré y detrás mío apareció un árbol. Casualmente conocí ese árbol hace algunos días, cuando mi abuela me lo enseñó con fotos. No me resultó difícil reconocerlo, era un Dracaena Cinnabari, un árbol totalmente raro, de tronco grueso y una altura de casi diez metros con una copa semiesférica. En ella se posaba una urraca, quienhabía enviado ese trino irritante. Quedé congelado, pasé por ese lugar hace un instante y no se encontraba el árbol ni la urraca, y ahora lo aprecio como si fuera obra de magia.
La urraca melodiaba un canto disgustoso, pero se detuvo cuando me vio. Ella me percibió y no produzco ningún tipo de movimiento, al igual que yo. Nos contemplábamos mutuamente. Las patas se aferraban a la rama del árbolcurioso. Yo, alegremente, por primera vez sentí que no estaba solo, que había algo en este mundo, a pesar de estar en vigilia sin cesar de una urraca. Admiré su plumaje mientras el ave se acicalaba entre medio de sus alas. De pronto se esfumó. Tomó vuelo y desapareció de mi cercanía. No podía creer lo que me estaba pasando, de nuevo me envolví en cientos interrogantes: ¿Qué hago aquí?, ¿Por qué me estápasando esto?, ¿Qué haré? El dolor me invadió. Me arrojé al suelo, debajo del Dracaena, me eché a llorar, hice un pozo sin sentidos con mis manos buscando desesperadamente alguna señal pero fue inútil, no hallé ni una, solo arena y más arena. El cielo se volvía cada vez más azul oscuro, se ve que aquí también existe la noche. Tristemente me dormí como un vago en la calle pensando en aquellaurraca. “¿Hacia adonde se habrá ido?” pensé antes de quedar completamente dormido.
Mi sueño fue interrumpido por una frase que dominó mi cabeza. “Levántate y anda, no encontrarás nada si sigues tirado. El espíritu es más fuerte que el corazón”. Luego de que esas palabras detuvieran mi descanso, abrí los ojos. Miré hacia el árbol y ya no estaba. El cielo tenía un color azul aero.
Esa frase me animópara seguir adelante. Con apenas 16 años yo estaba soportando una vida plenamente nueva, incomparable con la vida que llevaba en la Tierra, donde tenía a mis padres, mi hermano pequeño y a mi abuela. Allí era feliz, pero ahora estoy en una colosal supervivencia, en un mundo que ni se como llegué.
De pronto el aullido de una manada temerosa surgió y cubrió todo el sitio donde estaba yo parado....