la cabaña

Páginas: 9 (2177 palabras) Publicado: 11 de enero de 2015
Havia una vez dos equipos de futbol ke se llamaban Barcelona y el sol . “Vuelve para vengarse”, pensamos. Hacía dos años que el Buitre no pisaba una cancha de fútbol, desde aquel famoso penal: el veintinueve. Y justo tuvo que volver contra nosotros. Costaba creer que fuera una casualidad. En cuanto se supo que iba a referearnos no hubo quién creyera que había sido un sorteo sin trampa.Francisco pisó el césped y avanzó con pasos largos, sin apuro hasta mitad de cancha, la pelota bajo el brazo y la frente alta. Cuando llegó al medio del círculo central, dejó caer la bocha y apenas la pelota tocó el pasto, la congeló bajo la suela de su botín brilloso. Sacó pecho, tomó aire y recorrió las tribunas con la mirada. Tenía los ojos más oscuros que su camiseta negra, y parecía mirarnos a todoslos que estábamos ahí: una multitud que no pestañeaba. El silbido se fue apagando. Un poco más atrás que francisco paraditos, esperaban los líneas que, al lado del Buitre, parecían de juguete. Él les dijo algo, una palabra, y los dos corrieron a chequear las redes de los arcos. En ese momento salieron a la cancha los de Gimnasia, nuestra gente se olvidó por un rato de francisco y chifló a esosamargos que ni público traían. Cinco habían venido y los muy caraduras se divertían cantando en el codo de la tribuna sur, que les quedaba enorme: “Somos locales otra vez”. Apenas los nuestros asomaron por la boca de la manga, explotamos: lluvia de papelitos, aplausos, cantos y trapos revoleados al viento. Entre los once no estaba el Arturo pero en cuanto vimos la parva de rulos mitad rubios, mitadnaranjas, caminando hacia el banco, empezamos a gritar: ¡arturo ,… arturo…! Él no saludaba, sin embargo, nosotros seguíamos coreando su nombre hasta que por fin se asomó, empujado por algún otro, y tímidamente saludó. Esa tarde, al Arturo , lo aplaudimos como nunca.
Yo no le podía sacar los ojos de encima al Buitre. Él no hablaba con nadie, ni siquiera con los chupamedias de Gimnasia que seacercaron a saludarlo; les dio la mano y nada más. De los nuestros no se le arrimó ninguno. Yo estaba seguro de que francisco, cada segundo que pasaba, repetía en su cabeza cuadrada y brillante de gel los veintinueve penales que, convencido de que eran, había cobrado a favor nuestro. Veintinueve penales que fueron gol, veintinueve penales que el Arturo inventó y que francisco compró de buena fe.Aunque después, la tele y los cronistas se cansaron de demostrar que ni uno solo de los veintinueve fue penal. Y así, como si se ensañaran con él, los programas de fútbol, los noticieros y hasta los de chimentos expusieron impunemente los mejores trucos del Arturo y su arte para el engaño. Y demostraron que inventar penales era lo único que el Arturo sabía hacer dentro una cancha de fútbol, porquedespués ni un lateral como la gente le salía.
Esa tarde le cambió la vida a los dos, desde entonces ya nadie le cobraba penales Arturo , ni los que eran. En cuatro partidos perdió la titularidad y con el tiempo apenas lo usaban para que entrara en el final, cuando había que hacer tiempo nomás. Arturo , en cambio, lo pararon una fecha (primera y única sanción que recibió en su carrera) y esecastigo le provocó tal depresión que a los pocos días se lesionó entrenando. A mí también me costaba creerlo pero en la tele un especialista dijo que estas cosas suceden. Y así se la pasó el Buitre estos dos años: lesionado por estar deprimido y deprimido por estar lesionado. Al principio los cronistas no lo dejaban ni a sol ni a sombra, lo perseguían tratando de arrancarle una declaración, algo; justoa él que parecía tenerle fobia a los micrófonos. Sólo una vez saliendo de la A.F.A. los enfrentó a todos y se limitó a decir: “Yo vi penal”. “¿Las veintinueve veces?”, saltaron a preguntarle casi al unísono, algunos con sorna, otros incrédulos. “Yo vi penal”, repitió francisco y se fue sin volver a hablar con la prensa.
Y ahí estaba él, a punto de hacer sonar el silbato después de tanto tiempo....
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