La caida

reconoce frecuentemente que el movimiento estudiantil en México contribuyó con sus luchas a abrir espacios y alternativas anteriormente insospechadas en el país. Sin embargo, no pocos estudiosos deltema llegan a reducir la influencia política del movimiento estudiantil a los sucesos del 68. No se reconoce siemre que el movimiento del 68 sintetizó ocho años de luchas democráticas de losestudiantes ni que el movimiento en las universidades continuó hasta el sexenio de Echeverría, completándose todo un ciclo de luchas que pasaron de lo democrático al enfrentamiento directo con el Estado en suconjunto. El reflujo derivado de la derrota del 68 en la capital se tradujo en la provincia en un ascenso de las luchas democráticas. Tal fue la situación en las universidades de Nuevo León, Sinaloa,Puebla, Oaxaca, Guerrero y Jalisco. En estos casos y en otros la derrota del 68 fue el inicio de una etapa superior en sus luchas democráticas que llevó a la conformación de verdaderos bloques defuerzas al interior de las universidades que enfrentaron a los proyectos estatales.

Despúes del 68 las luchas democráticas galvanizaron los intereses y profundizaron las relaciones entre destacamentosestudiantiles separados geográficamente, pero identificados en los intentos por cambiar las estructuras autoritarias de las universidades. Estas luchas democráticas, a través de los bloquesdemocráticos que lograron generar, obtuvieron, en algunos casos, la transformación de las estructuras autoritarias de la universidad. Pero el triunfo democrático, en los lugares donde culminó, se convirtió en elinicio de una nueva, intensa y corta etapa del movimiento estudiatil en México: la etapa del radicalismo. Etapa sin legitimidad histórica, periódo confundido con la provocación y oscurecido por elanatema; fuente de juicios que encubren la incapacidad de reflexión serena ante un hecho sociolótico que debiera abordarse con profundidad.

En los lugares donde la lucha democrática triunfó, el...