la carcel del subdesarrollo
Va con esta indefinible situación que llaman subdesarrollo, cierto tenaz desdén por todo lo que signifique excelencia. A los pueblos atrapados en esacondición que casi parece sin salida, les suena ese calificativo a clase alta, a privilegio de rico, a lujo de poderosos, a ostentación vana de falsas superioridades. Con sentimiento se aferran, como undesafío, a su condición de minusvalía y casi terminan por hacer de ella, una orgullosa afirmación de identidad. Parecerían decir, tácitamente, somos subdesarrollados, ¿y qué?. Somos atrasados encomparación superficial con ustedes los favorecidos de la fortuna o de la historia, somos así, ¿y qué?
Es una formulación, casi siempre tácita, pero profundamente negativa y casi suicida. La naturaleza no hizode los habitantes de los países subdesarrollados, una especie distinta a la de los países prósperos y poderosos. Las razones y explicaciones hay que buscarlas en ciertas circunstancias históricas ymentales, ir al fondo de ellas si se quiere realmente ir más allá de la aparatosa y estéril ayuda exterior y de los ineficaces planes de desarrollo. Acaso, la más poderosa raíz esté en la mentalidady las concepciones que han formado inmemorialmente la peculiaridad cultural, el encierro dentro de sí mismo y la tendencia a tomar por patrimonio moral lo que no debería ser sino circunstanciassuperables de una situación.
Dentro de este contexto está la noción de repudio a la excelencia, que a veces lleva a una conformidad casi jactanciosa con la medianía y con el mínimo esfuerzo, casi comoinconsciente respuesta del favorecido ante el privilegiado. Sin embargo, no hay ninguna fatalidad que impida a los pueblos llamados subdesarrollados alcanzar los altos niveles de excelencia, llegar aser tan eficaces y útiles individualmente como lo han tenido que ser los protagonistas del adelanto y del crecimiento enriquecedor. La excelencia no es un privilegio de las naciones prósperas,...
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