La carta de Bernard Thomas
La verdad no espero que entiendan de que hablo, nadie lo hace. Gabriela no me creé. Tal párese que el amor no es necesariamente el confiar el uno en el otro. Ella nunca me ha creído ni una sola palabra. No estoy loco, lo sé… o púes, no lo sé. Si no estuviera loco tal vez sería consciente de que lo estoy, pero como me empeño en decir que no lo estoy; quizá para algunoeso valga como prueba suficiente de mis problemas mentales. No lo sé y francamente, no me interesa.
Estoy tratando de calmarme y escribir, espero que mi buena letra no se vea afectada por mis ataques de nervios. Gabriela tiene la teoría de que escribir una carta con los problemas o delirios y después quemarla ayuda a que la mente se relaje; bueno, sea cierto o no, escribir siempre ha sido unverdadero placer para mí. No quiero tirar ni mucho menos quemar esta carta, sinceramente quiero que alguien la lea. Talvez mi deseo de que alguien la lea se deba a que siempre intento llamar un poco la atención de las personas. Yo mismo me reprendo por mi deseo de hacerme notar, es un deseo inocente que permanece en mi mente desde la infancia. Francamente no comprendo porque lo hago, cuando recibo laatención deseada no sé qué hacer con ella, de nada me sirve.
A quien lo quiera leer.
Quiero contarte mi gran problema querido desconocido, espero no distraerme. He de comenzar partiendo del enigma que es la creación de este problema. Tengo la suposición que este es un sueño, un sueño que se materializo, un sueño enfadado; uno de esos sueños que uno abandona a su suerte. Un sueño abandonado a miparecer es uno de los entes más peligrosos en la tierra. El sueño que yo abandone creo que ha logrado encontrarme.
Nunca supe que era el amor. No conocí a mis padres, solo a una horrible mujer “Estela” que se encargaba de darme de comer, llevarme a la cama, y azotarme si hacia desorden. Nunca me adoptaron, nunca le interese a nadie. Encontré en la arquitectura un escape al dolor. Desde pequeñosiempre me encanto, desarrolle un amor gigantesco por la arquitectura. Igualmente por la lectura, cuando iba a la biblioteca desde muy pequeño y leía miles de libros de arquitectura. Nunca deseé nada tanto como deseaba ser un arquitecto, uno bueno; un creador de eso que hacía a todos maravillarse y sonreír. Supongo que también sentía que la arquitectura me daría fama y con está aprobación. No importanrealmente los motivos, amaba el sueño de convertirme en un arquitecto. Si tan solo me hubiera percatado de que mi sueño tenía tal pasión, tal euforia, no estaría ahora lamentándome en esta carta.
Cuando conocí a Gabriela mis ojos no la dejaron ir ni por un momento. Era hermosa, era perfecta, era una diosa. Muchos me decían que exageraba, que ella no era para tanto escándalo “una más” decíanalgunos de mis compañeros de cuarto. Oh’ pero para mí, para mí era como el cielo representado una hermosa joven de 15 años. Ella me correspondió a mi amor. Entonces me convertí en el futuro arquitecto más feliz del mundo, nada podía ser mejor que eso, ella me amaba, realmente me amaba.
Los 6 años que pase con ella los considere los mejores de toda mi vida. A pesar de que casi no la veía, tal vez esoera lo que hacía tan especial nuestro amor. Empero nunca lo pensé así. Muchas veces me considere el más afortunado de todos, tenía una mujer a la que amaba y me amaba, además estaba a punto de terminar mi carrera como arquitecto.
Entonces me decidí por pedirle matrimonio y ella acepto. Las cosas se complicaron, obviamente no de inmediato, aclaro que nuestra boda y nuestra luna de miel fueronperfectas. Pero, al llegar a casa después de terminar la carrera, me empecé a dar cuenta que los sueños cuestan. Nadie me contrataba, la comida faltaba y Gabriela parecía era muy feliz. Los problemas de pareja no tardaron: peleas, discusiones y llanto. Estaba cansado de todo y ahora el dinero era más necesario que nunca. Me vi obligado a abandonar mi sueño de ser arquitecto, por suerte las matemáticas...
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